Buenos Aires. En un país en cuarentena para evitar el avance del Covid-19, el tribunal Oral Federal de Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires, impuso una histórica sentencia al condenar a 28 acusados por crímenes de lesa humanidad, cometidos durante la pasada dictadura militar, (1976-1983) a cadena perpetua y otros siete a penas de entre siete y 25.
La audiencia celebrada antier transcurrió sin público por el aislamiento social en todo el país y sólo estaban los representantes de la querellante, la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, que presentó a juicio 272 casos de secuestros, torturas y de los cuales de los cuales 133 están desaparecidos.
Los 40 acusados eran integrantes del Ejército, Fuerza Aérea, Armada, Prefectura y Policías bonaerense. Los crímenes sucedieron en los centros clandestinos de detención de la llamada Subzona 15 como “La Cueva” y “la Base Naval”, Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina, Prefectura Naval, y la Comisaría de Miramar, en la Provincia de Buenos Aires.
“Asistimos a una sentencia histórica, con 28 acusados condenados a perpetua que fueron juzgados con todas las garantías”, dijo el subsecretario de Derechos Humanos, Matías Facundo Moreno señalando que “esta sentencia indica que el camino de la Memoria, la Verdad y la Justicia no se detiene, ni siquiera en tiempos de pandemia y aislamiento social. Es un veredicto muy auspicioso, sobre todo cuando los derechos humanos vuelven a ocupar un lugar de centralidad en las políticas del Estado”.
Entre los imputados condenados a cadenas perpetua figuran Víctor Modesto Mendiaz; Alfredo Manuel Arrillaga; Eduardo Jorge Blanco; Jorge Luis Toccalino, entre otros.
La condena se produjo dos días después del aniversario el 25 de abril de la creación de H.I.J.O.S (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio). Se calcula en medio millar los niños robados, recuperados casi 200 por la lucha incansable de Abuelas de Plaza de Mayo. Para los jóvenes recuperados, unidos a los que buscan a sus padres, el camino fue acompañar a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y cada juicio que termina con una condena es un símbolo de la razón de la lucha contra el olvido y la muerte.