Desde sus lugares de origen, la niñas, niños y adolescentes (NNA) migrantes centroamericanos han carecido de los derechos humanos fundamentales que les garanticen bienestar y permanencia en la escuela, señalaron Martha Franco y Josefina Barojas, investigadoras de las universidades Pedagógica Nacional (UPN) y de la Autónoma Juárez de Tabasco (Uajt), respectivamente.
Además, indican que sector sumamente vulnerable aprende a vivir en la informalidad y el riesgo, sin que los gobiernos de los países regionales, tanto de origen como de tránsito y destino, creen las condiciones necesarias para garantizarles el derecho a la reunificación familiar, a la educación y a la protección.
En su investigación “El riesgo en la formación de niñas y niños centroamericanos migrantes”, publicado en el último número de la Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, editado por la Universidad Iberoamericana (Ibero), las especialistas parten del supuesto de que estas estas niñas, niños y adolescentes se insertan en los procesos migratorios precedidos por los adultos, aprendiendo en condiciones de riesgo e incertidumbre a vivir en la informalidad.
El trabajo, publicado en la sección de desigualdad, justicia y derecho a la educación, de la misma revista, concluye que la cultura de la migración clandestina no inicia con el tránsito, pues en los lugares de origen se encuentran fuertes rastros de ella: la ausencia de los padres, la falta de protección a los infantes, las redes migratorias inscritas entre estos países y Estados Unidos de manera formal e informal, y la narrativa social que una y otra vez refiere que en Estados Unidos las condiciones de vida son mejores.
Las investigadoras Franco García y Barojas Sánchez explican que el trabajo se enfocó a la migración infantil centroamericana no acompañada que se desplaza por el municipio de Tenosique, Tabasco, realizándose visitas al Módulo de Atención a Menores en Tránsito en esa población tabasqueña durante cuatro meses. A partir de actividades lúdicas y de aprendizaje, nos acercamos a estos niñas, niñas y adolescentes propiciando breves narrativas en relación con sus experiencias de vida.
“Al igual que los adultos, estos NNA migran con el propósito de tener un mejor nivel de vida. Bajo esos deseos y sueños al sur ha llegado el norte de manera idealizada, ofreciendo a la infancia una mejor vida material; sin embargo, el riesgo es la incertidumbre, la violencia, la frustración y, en ocasiones, la muerte; situaciones a las que se enfrentan en el trayecto”, señalan parte de las conclusiones.