Ciudad de México. El consumo de agua es el segundo frente de batalla que se suma al que las autoridades federales, médicos y enfermeras están llevando a cabo ante la pandemia del Covid-19, ya que solo el 68 por ciento de los hogares mexicanos reciben agua diariamente. Esto significa que 25 por ciento la reciben esporádicamente y siete por ciento no reciben agua, la consiguen. A esto se agrega un aumento del consumo en los hogares de un 40 por ciento por la mitigación, y que la sequía ya alcanza el 30 por ciento del territorio nacional. Y la alternativa debe ser y es antes que nada, lavarse las manos de manera recurrente.
Lo anterior es expresado por el doctor Polioptro Martínez, quien es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. El especialista en temas del agua, dice que “la pandemia Covid-19 nos toma en un momento en que no tenemos una distribución y una cobertura completa de agua potable en todo el país. Según las estadísticas más o menos el 93 por ciento de la población en México tiene agua entubada en su vivienda o en su predio. Hay estadísticas del Inegi que indican que solo el 68 por ciento de los hogares reciben agua diariamente. Esto significa que 25 por ciento la reciben esporádicamente, desde cada tercer día o hasta de vez en cuando. Y siete por ciento no reciben agua. La consiguen. Es decir, nueve millones de mexicanos no tienen agua potable, y 35 millones la reciben esporádicamente”.
Por eso, añade el Director de la Cátedra Unesco/Universidad de las Américas-Puebla (Udlap), “así como hay un formidable y muy loable frente de batalla en todos los servicios de salud, hay también un segundo frente de batalla que es el del agua. Hay una relación muy directa entre el uso del agua potable, su distribución y la salud. En 1990 hubo en México una epidemia de cólera muy intensa. La solución fue un programa que se llamó Agua limpia. Consistió en clorar toda el agua. Hasta la fecha se clora el 97 por ciento de toda el agua que se distribuye. Con eso se logró una disminución impresionante en las enfermedades diarreicas. Cuando se puso en marcha el programa era 1991. Teníamos una mortalidad de niños menores de cinco años de 122 por cada 100 mil habitantes. A la fecha tenemos una tasa muy inferior de menos de siete niños fallecidos por cada 100 mil habitantes. Estos datos son una referencia de qué importante es contar con agua potable en estos momentos.
“Con la actual temporada de calor más las medidas de mitigación ante la pandemia, se espera una muy alta demanda de agua”, agrega quien fuera Director General del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua. “No hay cifras exactas pero el consumo puede fluctuar entre el 40 y el 50 por ciento más de lo normal. No hay agua suficiente. El asunto es delicado, tanto que la Comisión Nacional del Agua ha estado solicitándole a las personas que consuman el agua racionalmente. Deben eliminar servicios no esenciales como el riego de jardines o lavado de autos, porque hay una demanda extraordinaria de este líquido. Los responsables de la Comisión Nacional del Agua está laborando permanentemente. Pero sí, estamos vulnerables por ese déficit tan serio que ha habido en México de recursos financieros, sufridos tanto por las autoridades municipales como por las federales. No hablaría de que se vive una situación de emergencia pero sí de crisis. A pesar de esto los operadores del agua tienen que seguir trabajando, ellos no pueden descansar, deben continuar clorando el agua, distribuyéndola”.
Una pregunta muy importante es que “¿una vez que una persona se enferma y está en su casa, a dónde van sus deshechos naturales? Al alcantarillado y a las zonas de tratamiento. Pero a ver, cuánto tiempo puede durar el coronavirus Covid-19 en el agua de estos sistemas de alcantarillado. Aunque tenemos investigaciones de otros virus, del Coronavirus-19 no hemos alcanzado aún a hacer investigaciones de cuánto tiempo sobrevive en el agua, o con nuestras condiciones climáticas. Se sabe que este puede sobrevivir en el agua residual hasta 4 días. Ahí tenemos otro frente de batalla. Las personas que tratan las aguas residuales deben protegerse con más cuidado”.
A la problemática anterior, el doctor Polioptro Martínez, añade que “hay que considerar que la primera semana de abril se rompió el record de calor en Yucatán. Hay lugares donde la temperatura ha subido a 45 grados. Que vamos a tener una temporada de calor muy intensa no es una predicción, es un hecho. En términos de sequía ya entramos en más o menos un 40 por ciento a nivel nacional. En la frontera norte y las inmediaciones del Golfo de México, Yucatán, zonas de Hidalgo donde históricamente no había ocurrido. Ya tenemos ondas de calor. Bajará la capacidad de agua albergada, los cauces de los ríos bajan. Por un lado el calor, por otro el aumento de consumo por la mitigación, además de la baja de precipitaciones lluviosas. Este es el escenario”.
Es una combinación difícil. Pero –advierte el entrevistado- hay que considerar que le estamos disminuyendo año con año el presupuesto de Conagua, y que últimamente les han reducido el personal. Es el momento de ayudar a los profesionales del agua, de arreglar fugas, mejorar la operación, incrementar sistemas de bombeo, medidas para atender la crisis. El agua es un recurso natural pero todo el costo de extracción, de conducción, almacenaje, de bombeo y distribución es muy alto. Y a esto se le suma la muy menor cobertura de drenaje, más un reducido porcentaje del tratamiento de aguas residuales”, concluye el especialista.