Nezahualcóyotl, Méx. Un común denominador enlaza las historias de Florentino, Mauricio y Roberto. Durante la contingencia por la epidemia del coronavirus (Covid-19), los tres asistieron a la Central de Abasto de Ciudad de México. Hoy han dejado de laborar porque presentan todos los signos y síntomas del virus.
La situación más dramática es la de Roberto, de 34 años de edad. De oficio tapicero, se quedó sin empleo al decretarse la declaratoria nacional de emergencia, que obligó a cerrar todos los negocios considerados no prioritarios en un intento por contener la pandemia.
Él tenía que llevar el sustento para su esposa y tres hijos, entonces decidió vender frutas y verduras en la vía pública. Se trasladó al centro de abasto capitalino para surtirse de productos y ofertarla en su comunidad.
Su familia narra que el viernes 17 de abril ingresó al área de urgencias del Hospital de Especialidades de la Ciudad de México, doctor Belisario Domínguez, con un diagnóstico de neumonía grave. La noche del lunes 20, su estado de salud empeoró y fue intubado.
Mi tío, sostiene uno de los familiares, acudió a dos consultorios médicos particulares, de esos que son para personas de escasos recursos. El tratamiento no funcionó.
Su esposa y otros familiares hablaron a Locatel buscando asesoría y ayuda, pero no resolvieron nada, siguió en casa y empeorando su salud.
Un tercer médico le advirtió que presentaba todos los síntomas de Covid-19 y le pidió a la familia trasladarlo al hospital ubicado en la alcaldía de Iztapalapa, donde ahora lucha por su vida. Hasta el lunes ya entrada la noche las autoridades hospitalarias no habían informado a la familia si ya le practicaron prueba de Covid-19. A ésta le pidieron comunicarse a Locatel para recibir asesoría y les digan si es necesario apliquen el estudio a sus tres hijos, su esposa y su madre, quien empezó con síntomas de tos.
Mauricio, al igual que Roberto, también vende frutas y legumbres. Él lo hace en el municipio de Chimalhuacán. Al igual que Roberto, también se surtía en la Central de Abasto capitalina y vender el producto en su comunidad.
Hoy él y sus dos hijas tienen los síntomas de Covid 19 y se encuentran en casa aislados, sin saber si podrán recuperar su salud.
En Chalco, Florentino, de 57 años de edad, ha trabajado en la Central de Abasto de la Ciudad de México durante los dos sexenios recientes. Hace casi tres semanas empezó a sentirse mal, primero fue cansancio, luego gripe y tos.
Aunque un médico particular le recetó siete inyecciones, su salud no mejoró. Ahora, a sus malestares se sumó la diarrea, dolor de cabeza y temperatura superior a los 39 grados.
Floretino se encuentra aislado en casa intentando recuperarse y que la infección no llegue a los pulmones.
La familia no ha querido acudir al Hospital de Alta Especialidad de Ixtapaluca donde se atiende a los pacientes de Covid-19. Tiene miedo de que ingrese y salga sin vida.