Ciudad de México. Tras advertir que la economía mexicana arrastra una de las proyecciones de crecimiento más bajas de la región para este año, con una contracción de 6.5 por ciento, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), respaldó las medidas de apoyo a la economía anunciadas por el gobierno de México.
Sin detenerse en la proporción de los recursos, que es la segunda más baja de la región, consideró que el presidente Andrés Manuel López Obrador busca “evitar los errores del pasado”. Bárcena recordó que en el marco de la crisis financiera de 2008-2009, los apoyos pararon en las empresas y profundizaron la concentración de la riqueza.
“Se socializaron las pérdidas y se privatizaron las ganancias”, resumió en conferencia de prensa.
De acuerdo con la directora ejecutiva de la Cepal, en el país “hay medidas decisivas. No se propone un rescate indiscriminado de empresas, pero sí está evitando el quiebre de éstas”. Y si bien “el escenario es muy negativo (…), México es un país que tiene espalda para ir hacia adelante con medidas más exigentes”, dada la Línea de Crédito Flexible del Fondo Monetario Internacional –que el Presidente aún no quiere usar– y el acceso a swaps intercambiarios.
Ello luego del cabildeo que han enfilado las cúpulas empresariales, bajo el argumento de que necesitan mayores apoyos del gobierno en orden de proteger los empleos formales, cuya creación ya se había deteriorado a lo largo de 2019. Para evitar “rescates”, Bárcela recomendó concentrar apoyos a pequeñas y medianas empresas, con la condición de que mantengan los puestos de trabajo.
El respaldo de la titular de la Cepal al plan de emergencia en México,+ se dio al tiempo que se espera una las contracciones más profundas para la economía mexicana. En ese mismo estimado de 6.5 por ciento están Ecuador y Argentina, sólo rebasadas por el desplome de esperado para Venzuela, en 18 por ciento. En la economía mexicana se suman como agravantes la caída en el precio del petróleo, afectaciones al turismo y menores flujos de remesas, dado el deterioro del empleo en Estados Unidos.
Prevén 30 millones de pobres más en América Latina
El panorama para México se inscribe en una caída de más de 5 por ciento en el crecimiento de América Latina y una contracción de 2 por ciento para la economía mundial, ambos este año, dando como resultado “la recesión más grande que ha sufrido la región desde 1914y 1930”, comparó Bárcena.
Pobreza, desigualdad, desempleo despuntarán en la región. El número de pobres se prevé incremente en 30 millones, mientras en pobres extremos se sumarán 15 millones más. Al tiempo que el desempleo agrupará a 37 millones 719 mil 817 de latinoamericanos al final de 2020, una tasa de 11.5 por ciento entre quienes están en condición de trabajar.
En el rubro financiero, la región arrastraba un crecimiento promedio anual de 0.4 por ciento, mientras la deuda promedia 44.8 por ciento como proporción del producto interno bruto (PIB), el monto que va a intereses es de 2.6 por ciento y el gasto en salud representa apenas 2.3.
Lo anterior va a la par de una evasión fiscal que alcanza 6.3 por ciento del PIB, poco más de 4.7 por ciento que, estima la Cepal, es necesario para cubrir a toda la población con un ingreso básico universal proporcional a la línea de pobreza.
Repensar la globalización hacia un enfoque regional
Por último, Bárcena recalcó que con una contracción prevista en hasta 22 por ciento en el comercio mundial, “Covid-19 está evidenciando la interdependencia en la que se basó la globalización” y que ya había mostrado su desgaste de la crisis financiera internacional, por lo que se hace imperativo revisar dicho esquema.
Entre las medidas prioritarias se cuenta preservar la capacidad productiva, proteger el empleo, hacerse de herramientas macroprudenciales para atenuar la volatilidad cambiaria y sobre todo “evitar movimientos de capitales desestabilizadores”, es decir, hacer que los países adquieran liquidez, pero pongan candados para evitar que esos recursos regresen con la misma celeridad a las economías avanzadas.
Reconoció que “la economía mundial no volverá a la normalidad”; y en adelante sólo se pueden mayor integración regional y hacer que polos de desarrollo regionales sean menos dependientes de manufacturas importadas. En América Latina el mercado alcanza hasta a 650 millones de habitantes.