Ciudad de México. Seis días después de ocurrida la desaparición del periodista Víctor Fernando Álvarez Chávez, en Acapulco, Guerrero, la Fiscalía de ese estado le entregó a la familia del comunicador una cabeza que supuestamente le pertenecía a su ser querido, y aunque dicha extremidad fue recibida y enterrada, los parientes del reportero no la reconocen como el cuerpo de Álvarez.
Por ello, exigen que se lleve a cabo un estudio independiente de ADN para confirmar o descartar la identidad de dichos restos, así como establecer el paradero del comunicador y castigar a los responsables de la argesión en su contra, indicó Omar Bello Pineda, integrante de la Asociación Mexicana de Periodistas Desplazados y Agredidos.
En entrevista con La Jornada, el reportero señaló que Álvarez desapareció el 2 de abril, luego de haber sido amenazado por grupos de la delincuencia organizada debido al trabajo de denuncia que realizaba en el portal de Internet Punto por Punto, en el cual abordaba noticias de la región y del estado.
Bello recordó el 8 de abril que las autoridades notificaron sobre el hallazgo de una cabeza que, según dictámenes periciales de la Fiscalía guerrerense, pertenecía a Álvarez Chávez, pero la familia externó su desconfianza ante este dato, por el hecho de que había sido obtenido en apenas unos días.
Por lo anterior, los padres del comunicador desconocieron el dictamen de las autoridades de Guerrero y exigieron que el caso sea atraído por la Fiscalía General de la República y se le considere como una desaparición, no todavía como un asesinato.
“La Fiscalía se quiere salir por la tangente, que es algo muy común, o definitivamente sabe quiénes fueron (los agresores de Víctor Álvarez), porque no es posible hacer un diagnóstico de ADN tan rápido. Tenemos la impresión de que el fiscal Jorge Zuriel de los Santos sólo quiere salir a flote con el problema, por eso exigimos que dejen de simular y actúen para proteger a los periodistas”, señaló Bello.