Washington. El plan de asistencia financiera que el Congreso de Estados Unidos aprobó el mes pasado debido a la pandemia de coronavirus costará a los contribuyentes 1,8 billones de dólares, cifra menor a la proyección informal de 2,2 billones hecha por la Casa Blanca.
Ello de acuerdo a la Oficina de Asuntos Presupuestarios del Congreso (CBO por sus siglas en inglés), que asegura que la diferencia se debe a la manera como se registraron 454.000 millones de dólares para respaldar billones de dólares en préstamos garantizados por un mecanismo crediticio de emergencia de la Reserva Federal, los cuales no se traducirán en déficit porque se presume que los ingresos y costos derivados de esos créditos se compensarán entre sí.
El mayor impacto al déficit federal derivado de la ley de asistencia por el coronavirus se hará patente en el año fiscal 2020, que concluye el 30 de septiembre, donde se prevé que la ley añada 1,6 billones al saldo negativo.
Ya se perfilaba que el déficit de 2020 rebasaría el billón de dólares y seguramente superará la marca previa de 1,4 billones del gobierno del presidente Barack Obama después de la Gran Recesión de hace más de una década.
La ley CARES es por mucho la que provee más fondos de tres leyes que se han aprobado este año.