Moscú. La ayuda recíproca debe ser el principio que, en estos tiempos difíciles para todos, norme las relaciones entre los Estados. Debemos hacer todo lo necesario para que esta crisis, provocada por la pandemia del coronavirus, sea una suerte de antídoto contra el egoísmo y el mesianismo, un remedio contra la tentación de continuar resolviendo los problemas propios a costa de los intereses de los demás.
Así piensa el canciller de Rusia, Serguei Lavrov, quien este martes aceptó ser entrevistado por videoconferencia durante una hora por un grupo de periodistas, ocasión que aprovechó para reiterar que hoy por hoy –cuando es imperioso aunar esfuerzos para vencer el Covid-19–, hay que renunciar a la aplicación de sanciones unilaterales que afectan los suministros de insumos médicos y de otros artículos de primera necesidad.
“Por sí mismas, las sanciones unilaterales carecen de legalidad, pero las sanciones que impiden reducir las posibilidades de afrontar la pandemia, además son completamente amorales y antihumanas”, apuntó Lavrov.
A modo de ejemplo de lo que es imperdonable hacer, el jefe de la diplomacia rusa mencionó que la ayuda enviada a América Latina por el magnate chino Jack Ma no pudo llegar a todos sus destinatarios: las autoridades estadunidenses simplemente retuvieron la parte que tenía que llegar a Cuba, de igual modo que impiden a los cubanos no sólo recibir, sino hasta comprar los equipos médicos que requieren como son los ventiladores pulmonares.
Y agregó: “Al mismo tiempo –lo cual no es digno de un gran país– Estados Unidos ha desplegado toda una campaña para desprestigiar a los médicos cubanos que trabajan en decenas de países ayudando a que se atiendan las necesidades en materia de salud pública”.
Dijo que desde antes de la pandemia, de manera muy generosa los médicos cubanos ya compartían su exitosa experiencia en muchos lugares y, ahora, están prestando ayuda desinteresada en casi 60 países, en Europa también, incluida Italia, contribuyendo a resolver tareas muy importantes.
“La dignidad de este pueblo (cubano) merece el mayor de los respetos”, enfatizó.
Para Rusia es inadmisible que, en medio de la actual pandemia, se sigan aplicando sanciones unilaterales y, en este sentido, apoya por completo la iniciativa conjunta que al respecto presentaron en la Organizaciones de las Naciones Unidas (ONU) el Grupo de los 77 (países no alineados) y China.
“No es verdad que las sanciones unilaterales e ilegales no sean contra los pueblos, sino sólo contra los regímenes, como aseveran nuestros socios occidentales cuando las promueven en el Consejo de Seguridad de la ONU. De ninguna manera. Vean lo que ocurre como resultado de esas sanciones en Venezuela, Irán, Cuba, Corea del Norte o Siria: se causa muchísimo daño a todos sus habitantes”, afirmó el canciller ruso.
Lamentó también que Estados Unidos no quiera escuchar la poderosa señal que cada año le manda la mayoría absoluta de países al aprobar, en la ONU, la enésima resolución –y la más reciente, en diciembre anterior, obtuvo el récord de 187 votos de respaldo– que exige el fin inmediato del bloqueo que desde hace décadas mantiene contra Cuba, una práctica del todo ilegal.
El jefe de la diplomacia rusa está convencido de que, cuando se supere lo que denominó como actual peligro global, habrá que repensar mucho el papel que deben desempeñar las estructuras multilaterales para que no se repitan situaciones como esta pandemia.
Según Lavrov, el Covid-19 plantea tres grandes desafíos: el primero, es vencer propiamente este mal que tiene carácter global, hay que crear un hábitat que resulte confortable y no represente peligro para la vida y la salud de las personas; el segundo desafío, obviamente, es recuperarse de los estragos que está causando a la economía; y el tercer reto, es resistir la prueba que la situación que se ha configurado representa no sólo para cada Estado, sino para las agrupaciones de integración y los organismos multilaterales.
Al final de cuentas, estimó el canciller ruso, el enfoque colectivo en la solución de los problemas comunes acabará por imponerse a los comportamientos egoístas que vemos ahora en algunos países, y aunque habrá intentos de aislarse de los demás tarde o temprano, se irán abandonando porque, en realidad, a mediano y largo plazos, no hay otro camino.
“Creo que en la diplomacia se seguirán usando, y de hecho ya se usaban, las videoconferencias, pero éstas nunca podrán sustituir los encuentros directos, cuando es indispensable decir las cosas cara a cara y mirando a los ojos del interlocutor. Hay cosas que no se pueden confiar ni al papel ni a los recursos tecnológicos de comunicación y se pueden plantear únicamente en un contexto de absoluta confianza y confidencialidad”, opinó Lavrov.
Por eso, la relación bilateral de Rusia con Estados Unidos se encuentra en una especie de impasse, en el sentido de que en estos momentos a pesar de las divergencias acumuladas, no se lleva a cabo ninguna negociación propiamente.
“Existen aspectos que pueden tratarse a distancia, pero hay otros que es mejor posponer su discusión hasta que podamos reunirnos cuando acabe la pandemia, cuando la situación en el mundo permita reanudar los contactos diplomáticos directos”, explicó el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia.