Ciudad de México. Ante el derrumbe de la política neoliberal desarrollada con exultante alegría durante más de 60 años en el mundo capitalista --y en México con denuedo criminal por los salinistas-zedillistas-prianistas-- López Obrador en su primer informe trimestral de gobierno de 2020, calificó aquella catástrofe como irrebatible y necesaria, y la ligó al asalto mundial del coronavirus siendo éste un detonante grave. En su informe del domingo 5 de abril en Palacio Nacional, señaló que el coronavirus viene a ser un símbolo de la crisis histórica del sistema de economía de mercado de nuestra época, y del fracaso histórico del neoliberalismo. Ni más pero tampoco menos.
AMLO no anda muy alejado de la verdad. Todo el desarreglo económico de las crisis económicas no se debe ciertamente a las pestes biológicas, a alguna o algunas en especial, de las que asuelan históricamente nuestra vida planetaria, pero que no son definitivas. La verdadera peste social es una que tiene raíces económicas y financieras, pues de otra manera ante cada peste ecológica o sanitaria habría sucedido a lo largo de la historia un derrumbe económico profundo, o definitivo. Lo cual no ha ocurrido hasta ahora. El capitalismo ha sobrevivido a pesar de las pestes o incluso se ha fortalecido.
Las raíces de las crisis económicas no son materia de laboratorio, hospitales, o vacunas, ni tienen por función enfrentar o matar virus o bacterias, sino que sus parámetros son plusvalías alevosas, rendimientos financieros leoninos, fraudes al estado y a los empresarios, especulación con los bienes sociales y, como se ha estado viviendo en México, traslado de deudas privadas de unos cuantos especuladores, a deudas sociales para que las paguen las mayorías del pueblo y la sociedad, así como explotación inmisericorde, despiadada, de la mano de obra de los trabajadores, además de otras injusticias, tal como hemos denunciado respecto del sector de los trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos de México que ha capitaneado certera y valientemente Napoleón Gómez Urrutia al frente del Sindicato de Los Mineros.
No obstante, el parangón entre crisis económica y crisis epidemiológica no deja de tener aristas coincidentes. La última que está ocurriendo es sintomática del grado de desatención de lo social, y específicamente lo sanitario, por parte de los gobernantes neoliberales que han “administrado” nuestro sistema de salud, a grados verdaderamente demenciales. Hospitales sin medicamentos, insuficientes equipos o médicos con que se atienda a los pacientes; desarreglo y desatención de las funciones internas que debían ser propias de todo nosocomio o centro de salud pequeño o grande, etc. Pese a lo cual la inmensa mayor parte de los hospitales públicos no se extinguieron ni decayeron en su función para dar paso a los hospitales privados o a las clínicas particulares, pero sí sufrieron graves golpes, deterioros y mermas, que tienen en seria dificultad la lucha de México contra la actual pandemia del coronavirus.
Lo que verdaderamente es inaguantable es lo que dicen en algunos medios ciertos “expertos” en finanzas sobre el informe y la política económica de López Obrador. Investidos de una fama que nadie les ha otorgado, sino que ha sido auto-proclamada por ellos, sus empresas y los medios en los cuales difunden, se atreven a largar frecuentemente especies falsas (fake news diría el personaje del pelo anaranjado) sobre lo que dice el Presidente de México.
El señor Somoza, que difunde comentarios en Milenio TV casi diariamente, se lanzó hoy contra la visión del Presidente López Obrador en su conferencia de prensa del domingo 5 de abril, descalificando todo cuanto el mandatario mexicano dijo en torno a la economía y a la sociedad. Lo hizo, ciertamente, en tono suave, pero no menos arrebatado de insidia. Nada de lo que AMLO dijo le satisfizo como solución de fondo al comentarista de Milenio TV. Era evidente que él quería que de plano López Obrador se manifestase por una vuelta en “U” por la derecha en la materia de política económica, pues absolutamente nada de lo que el domingo afirmó AMLO entraba en la aceptación del “especialista”.
Nada más le faltó afirmar que “así no se hace economía desde el gobierno”, paro casi lo dijo. Hacer política social con la economía es lo que más le molestó al señor Somoza. Es lo mismo que han pretendido hacer sus adversarios con lo que plantea López Obrador desde que asumió la presidencia, o sea, desde el 1º de diciembre de 2018. Le han dicho en todos los tonos y modos: “Ya está bien, ganaste la presidencia como ansiabas, pero ahora debes gobernar México como nosotros queremos o como nosotros los poderosos de siempre, te lo indiquemos. Gobernar de otra forma es llevar al país al despeñadero. Así que sométete a nuestra forma de gobernar. No hay otra que en México sea posible. Ah, ni hagas ya conferencias de prensa mañaneras; esa difusión déjanosla a nosotros, que tenemos medios para hacerla más eficazmente”.
Así están desde el principio de este gobierno, pero así está de terco desde el mismo principio el Presidente. Dice él, por el contrario: estoy gobernando como me lo indica mi propia experiencia y la del pueblo de México, que es mucho más rica y generosa que la que tienen los ricos de este país. Y de eso no me cabe la menor duda. No se puede, ni se debe, gobernar con las mismas herramientas y conceptos de los que han arrasado al país, sus recursos y sus riquezas materiales y humanas. Ya basta de todo eso. Así debe ser en adelante.
Lo que sigue del derrumbe neoliberal es una nueva forma de gobernar, inédita para esta época, con el pueblo de México indicando la ruta hacia adelante, no hacia atrás, ni sometido a los viejos, vetustos, anquilosados intereses oligárquicos de antes, sino gobernando con el pueblo, sus sectores, sus mejores hombres y mujeres, sus personas más sabias.