Mexicali, BC. A una enfermera le "asustó" la respuesta de la gente que protestó en redes sociales porque el gerente de un mercado le prohibió el paso para comprar víveres al portar uniforme de la clínica de salud donde trabaja en la ciudad de Mexicali.
No lo podía creer, declara, cuando los empleados la interceptaron y llamaron al gerente para impedirle el servicio "por disposición oficial". Dice que lloró y salió del lugar, sin comprar la despensa para fin de semana que intentó comprar al salir de su turno en la clínica.
Llegó a su casa, más desconcertada que molesta, y compartió un breve mensaje en su cuenta de redes sociales: "me acaba de ocurrir algo increíble. Me acaban de sacar de Superchivas Islas Agrarias por ser enfermera".
El mensaje conmocionó primero a familiares y amistades, a su círculo cercano, después enfermeras recurrieron al Centro de Defensoria Técnica de Derechos Humanos de Baja California que exigió a las autoridades protocolos de protección para médicos y enfermeras en plena pandemia por Covid-19 y su relato se compartió para circular en redes sociales.
Los mensajes de solidaridad y denuncia, la mayoría, superaron a consignas discriminatorias y de xenofobia. Desde la convocatoria a boicotear a la empresa y pedir sensibilidad a esta profesión hasta justificar al gerente.
Mientras eso le ocurría a Merliz Montoya Palafox, así se llama la enfermera, a 3 mil kilómetros el subsecretario Hugo López Gatell rechazaba las agresiones a medicos y enfermeras, además de convocar al reconocimiento de su trabajo y profesionalismo.
La directora del CDTDHBC, Sandra Esquer, advirtió que las condiciones sociales están llevando a una falta de protección por parte del estado a un grupo que por su profesión han constituido una categoría especial de riesgo y se está exponiendo actos de odio que atenta contra dignidad. Los gobiernos deben ponderar la actividad de médicos y enfermeros para darles protección jurídica, imprescindible en esta emergencia sanitaria, para salvaguardar la dignidad humana de quienes dan atención médica.
Horas después, la cadena de mercados, de origen mexicalense, reaccionó ante las críticas para deslindarse de la actitud personal de uno de sus colaboradores al señalar que no corresponde a los valores de la empresa y localizó a la enfermera para ofrecerle una disculpa pública por este incidente, más aún pir tratarse de una profesión heroica y que "cuida de nuestra salud".
De las autoridades, ni sus luces.
Un sábado larguísimo en la historia de la enfermera.
EL RELATO
Se trata de Merliz Montoya Palafox que durante la tarde de este sábado, al salir de su turno laboral, entró al Mercado Superchivas, ubicado en la carretera a Islas Agrarias, pero la obstaculizaron empleados del establecimiento.
"Le hablaron al gerente porque yo me reí cuándo me dijeron eso. No lo podía creer" pero al verla con uniforme, este hombre le advirtió que "por disposición oficial" no podría permanecer en ese mercado.
En su cuenta de redes sociales, la enfermera comentó este incidente que terminó al salir con llanto de ese comercio donde pretendió comprar despensa. "Salí llorando...", dijo al responder a cuestionamientos contra la empresa por este incidente.