Hermosillo, Son. La comunidad yaqui asentada en el Coloso Alto de Hermosillo celebró como cada año, este Sábado de Gloria, sus ritos cuaresmales, mismos que se rehusaron a cancelar pese a la advertencia de las autoridades para evitar aglomeraciones que podrían provocar un brote del virus Covid-19 en ese lugar.
Unos doscientos fariseos, acompañados con su pareja de padrinos, recrearon la Pasión de Cristo, donde junto a espectadores daban un total de mil 500 personas reunidas en la ramada del Coloso Alto, a pesar de las medidas sanitarias decretadas por el Gobierno de Sonora para hacer frente coronavirus.
Joel Coronado, capitán mayor de esta comunidad yaqui, expuso que en la celebración de este año han ajustado la agenda de sus fiestas cuaresmales a consecuencia de la pandemia, concluyéndola este sábado, un día antes para evitar más aglomeraciones y de esta forma coadyuvar con la petición de las autoridades municipales.
Detalló que en los últimos días recibieron muchas ofensas por parte de la ciudadanía que pasaba por las ramadas, tras informarse que no detendrían sus ritos tradicionales y que continuarían con sus fiestas en las cuatro ramadas, aún con el exhorto de quedarse en casa para evitar contagios.
“Por no tener conocimiento creen que uno está jugando aquí, cada quien tiene su manda y así la pagamos nosotros como chapayecas; nuestras tribus han detenido hasta sus propias guerras para realizar las tradiciones”, declaró en entrevista para La Jornada.
De los mil presentes, la mayoría acudió sin protección para evitar contagios; personas de todas las edades, mujeres, ancianos y niños se desplazaban por la explanada sin medidas de distanciamiento.
Esta cantidad reunida es apenas el 20 por ciento del que recurre cada año, pues logran agrupar a cinco mil personas en esta ramada, situación que también afectó a los comerciantes ambulantes que acuden para vender insumos gastronómicos.
Su tradición de manda
Por 47 días estos doscientos fariseos se mantuvieron en sacrificio en las ramadas de esta comunidad, su tradicional manda concluye el sábado de la Semana Mayor al despojarse de las máscaras y ropa que incendian junto a “Judas” en alusión a la quema del pescado.
Ahí reunidos, rezaron, cantaron y bailaron la danza de los matachines, la danza del venado, lanzaron flor de bugambilia con hojas de álamo, quemaron las máscaras y encendieron fuegos pirotécnicos.