Del Nayar, Nayarit. Ni la emergencia sanitaria que se vive a nivel mundial por la pandemia del coronavirus detuvo a cientos de coras que habitan en el municipio serrano de Del Nayar para festejar tradicionalmente la Semana Santa Cora. Durante toda ésta semana llevaron a cabo los preparativos necesarios y desde el miércoles pintaron sus cuerpos de negro con ceniza y otros más de blanco. Con sombreros vistosos y llamativos, con su tambor y sus creencias ancestrales llevan hasta este día los rituales acostumbrados.
En Santa Teresa Del Nayar, que colinda con el estado de Durango, los hombres recorren el pueblo con su música y su danza tradicional, de día y de noche. Las mujeres tranquilas vigilantes del festejo, preparan comida para que ellos puedan comer y beber una vez que se les permita.
La diferencia en éste año ha sido que no se permitió el ingreso de turismo nacional, extranjero e incluso local, cuya presencia cada año se incrementa debido a lo impresionante de ésta fiesta netamente indígena y que además, hasta hace algunos años, estaba vedada a los ojos de quienes no fueran de dicha etnia.
Hoy la situación ha ido cambiando y con ciertas reservas se permite que estén presentes ciudadanos de cualquier parte del mundo, siempre y cuando cumplan con los reglamentos que se les establece y en caso de no hacerlo, pagarán la sanción o las consecuencias según la ley que los coras establezcan, ya que se conoce que la ley ordinaria no procede en estos días santos.
Para los coras no es desconocida la pandemia que se tiene en estos momentos ya que incluso uno de los jóvenes “borrados” usó en lugar de una máscara tradicional, una en la cual ejemplifica al coronavirus tal y como se aprecia en las imágenes que el sector Salud ha difundido.
“Hoy sábado de Gloria, los mayordomos y tenanches han arreglado la iglesia, las 12 cruces con hojas del árbol llamado Corpus Cristo o Magnolias, sus hojas simbolizan la resurrección en el mundo cora, los fiscales o campaneros van corriendo y sonando las campanas de huesos que es la que se usa en éstas fiestas. Y ya entona el tambor con la melodía de la (ya tujtaa) pieza de despedida el grito de alegría, grito de vida. Así mi puelo está por terminar las actividades de semana santa”, narra Teresa Ramos ex rectora de la Universidad Tecnológica de la Sierra y de origen indígena.
Mañana domingo, los borrados acudirán al río a lavar sus pecados y sus cuerpos que ya cansados de tantos días de baile, retornarán a la cotidiana paz que se vive en esas alejadas comunidades.