Nueva York. En algo nunca visto en un periodo de tres semanas, 16 millones de trabajadores formales han perdido su empleo por la pandemia del coronavirus en Estados Unidos, mientras el estado de Nueva York, epicentro de la crisis de salud en el país, marcó por tercer día récord de muertes.
Otros 6.6 millones de trabajadores se registraron para recibir beneficios la semana pasada, según cifras divulgadas ayer por el Departamento de Trabajo, lo que eleva a más de 16 millones de personas que se han quedado sin empleo –en el sector formal– en las tres semanas recientes como resultado de las medidas de clausura de gran parte de la economía del país en respuesta al coronavirus.
Ese total de desempleados en sólo 21 días es casi equivalente al total perdido, 15 millones, a lo largo de 18 meses durante la recesión más reciente de 2007-2009. Las cifras acumuladas implican que uno de cada 10 trabajadores está recién desocupado.
La ola de desempleos alcanzó a casi todos los sectores de la economía por todo el país, y se espera que esto empeorará en las próximas semanas, elevando potencialmente la tasa de desempleo hasta 15 por ciento o más. No se descarta que podría alcanzar su máximo histórico de 25 por ciento registrado durante la Gran Depresión.
Más aún, ese total no incluye a quienes no están en el sector formal ni a los que no tienen seguros de desempleo, entre ellos casi todos los migrantes indocumentados.
Además, se registra un incremento dramático en el número de gente que padece hambre en el país, según grupos de caridad que operan centros de abasto y cocinas comunitarias. Miembros de esas organizaciones indican que nunca habían visto tanta demanda, reportaron The Guardian y The New York Times.
Un video que se hizo viral muestra una fila de casi dos kilómetros de autos esperando para llegar a un centro de asistencia alimentaria en la área de Pittsburgh. En la emergencia de salud, en la que Estados Unidos se mantiene como número uno mundial con aproximadamente 460 mil casos y más de 16 mil muertes, el estado de Nueva York marcó, por tercer día consecutivo, un récord de decesos a causa del coronavirus, con 799, elevando el total a más de 7 mil.
Sin embargo, el gobernador, Andrew Cuomo, señaló que el nivel de nuevos casos es el más bajo desde inicios de la crisis, indicando que tal vez las medidas de distanciamiento y cuarentena parcial finalmente están teniendo efecto, pero advirtió contra relajar las medidas, recordando que las pandemias pueden llegar en olas.
Trump, de nuevo, en medio de una pandemia sin precedente en este país y en contra de las recomendaciones de los expertos en salud pública, incluso los suyos, expresó su deseo de reabrir la economía muy muy pronto, espero
, e indicó que se está evaluando si hay algunas partes de la economía que podrían empezar a funcionar.
El presidente ha sido cada vez más criticado por sus declaraciones contradictorias, su manipulación de cifras –por ejemplo, ayer afirmó que estamos en buenas condiciones
en torno a respiradores– y por atacar a cualquiera, sobre todo a medios, que se atreva a criticarlo, y por su constante intento de culpar a todos menos a sí mismo del manejo irresponsable de la crisis.
Ayer respondió a un editorial del Wall Street Journal que criticó que el presidente estuviera usando las sesiones informativas sobre el coronavirus en la Casa Blanca para promoverse a sí mismo. Tal vez en su mente son un sustituto para sus mítines de campaña que ya no puede realizar por los riesgos. Tal vez resiente la adulación de los medios que ha recibido el gobernador de Nueva York Andres Cuomo por su espectáculo diario. Sea cuál sea la razón, las reuniones informativas ahora son sólo sobre el presidente
, escribió la junta editorial.
La respuesta de Trump comprobó justo lo que criticaba el Journal: “El Wall Street Journal siempre ‘se olvida’ mencionar que los niveles de audiencia de las reuniones informativas de la Casa Blanca están ‘por el techo’”, y para variar calificó al rotativo de publicar fake news.
En su sesión informativa de hoy, llena de superlativos para su labor, repitió su afirmación falsa de que Estados Unidos ha realizado más pruebas que otros países, y de nuevo promovió la hidroxicloroquina para el coronavirus, a pesar de que aún no hay evidencia de que sea efectiva.
La Casa Blanca ahora administrará pruebas a los reporteros que cubren la fuente, ya que uno de ellos exhibió síntomas de coronavirus esta semana.