El organismo con sede en Colombia señala que los grupos delictivos han estado enviando sustancias ilícitas desde el Continente Americano hacia Europa, Asia o África y datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) sostiene que aproximadamente 90 por ciento del comercio a escala internacional se lleva a cabo mediante contenedores en el entorno marítimo, de los cuales más de 500 millones se mueven anualmente en el comercio mundial, pero la cantidad de contenedores que se alcanza a inspeccionar en todo el mundo no supera 2 por ciento.

Por ello, el Ciianm informa que en la actualidad los organismos y las autoridades responsables de la seguridad marítima y portuaria a escala mundial, que intervienen en la lucha contra este flagelo de carácter trasnacional, están implementando sistemas de control como cámaras diurnas, cámaras de visión nocturna, sistemas de vigilancia infrarroja, equipos de inspección no intrusiva y drones.

Pero, señalan los documentos consultados por La Jornada, se hace necesario fortalecer con estos elementos las terminales portuarias donde aún se tengan estas carencias, y asimismo capacitar y entrenar al personal responsable de los esquemas de seguridad y vigilancia de las terminales y puertos en todo el mundo. De esta manera evitar ser vulnerables frente al actuar delictivo de las organizaciones delictivas, como potenciales rutas de exportación de estupefacientes.

Las estadísticas del organismo internacional señala que en lo que va de este año se han registrado 89 casos en los cuales se ha detectado droga en embarques enviados en contenedores por vía marítima, y de ellos, 49 por ciento han ocurrido en el Océano Pacífico y 50 en el Océano Atlántico.

En el caso de México, personal de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) ha realizado diversos decomisos de droga y precursores químicos que arribaron a aduanas nacionales en contenedores de carga, como ocurrió en enero pasado en Manzanillo, Colima, donde fueron incautados 124 kilos de cocaína abordo de un buque procedente de Ecuador y que tenía como destino Corea del Sur.

Asimismo, en agosto de 2019, en el Puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, infantes de Marina incautaron un embarque que supuestamente contenía sal y tras la práctica de pruebas periciales se descubrió que era una gran cantidad de precursores químicos para producir fentanilo.