La crisis provocada por la pandemia de Covid-19 tendrá las “peores consecuencias económicas” de las que se tenga registro en 90 años, desde la Gran Depresión, reconoció Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Hasta el momento se estima que en 170 países se reducirá el ingreso por persona al concluir el año.
“Está claro que el crecimiento global será muy negativo en 2020” y aún no hay certeza de qué tan agudo será el deterioro. “Insisto, existe una gran incertidumbre en torno a las perspectivas: podrían empeorar dependiendo de muchos factores variables, entre ellos la duración de la pandemia”, admitió.
En el mejor de los escenarios, abundó, si la enfermedad cede para la segunda mitad del año y permite un retiro gradual de las medidas de contención –como el resguardo en hogares para desacelerar el contagio– y ello permite la reapertura económica, una “recuperación parcial” se daría hasta 2021.
Con dicha palabras, la titular del FMI estructuró su discurso previo a las Reuniones de Primavera, mismas que cada año realiza con el Banco Mundial. Ambas organizaciones –gestadas en 1944 por los Acuerdos de Bretton Woods, que implicaron el uso del dólar como regente del orden económico mundial– estarían revisando la crisis más aguda desde que se crearon, según sus propios estimados.
Georgieva detalló que a inicios de año, el FMI contempló que el ingreso per cápita en más de 160 países tendría un crecimiento positivo en este año. La propagación del Covid-19 volcó dichas proyecciones. Ahora se espera que 170 países revisarán un crecimiento negativo en la riqueza por habitante cuando concluya el año.
En los últimos dos meses, 100 mil millones de dólares han salido de los mercados emergentes, más de tres veces más que en el mismo período de la crisis financiera mundial. Esto tiene efectos en la disminución de la riqueza y en la depreciación del tipo de cambio. También se espera una mengua en las remesas, el principal ingreso de la población más pobre.
Dichas situaciones han llevado a “un número sin precedentes de solicitudes de financiamiento de emergencia” al FMI, anunció. Por el momento, 90 países han tocado puertas del organismo por 100 mil millones de dólares en financiamiento. Por el momento sólo se han otorgado los créditos a República Kirguisa, Ruanda, Madagascar y Togo.
Georgieva también informó de la renovación del Fideicomiso de Contención y Alivio de Catástrofes para que los países de más bajos ingresos tengan un alivio inmediato de sus deudas y se busca extender sus recursos a mil 400 millones de dólares. Con ello, dijo, se da margen a estas economías para que, por el momento, eroguen en salud.
La directora gerente del principal organismo financiero internacional recalcó que en este contexto se debe priorizar el gasto en salud para insumos médicos, salarios de personal y garantizar que las instalaciones hospitalarias sirvan. En ese sentido, llamó a los países a no interrumpir el flujo de suministros médicos y alimentos con controles a la exportación.
En el rubro fiscal, recomendó aplazar impuestos, subsidios salariales y transferencias de efectivo a las personas y empresas más vulnerables; ampliar seguros de desempleo y la asistencia social; así como ajustar temporalmente las garantías de crédito y los términos del préstamo.
“Necesitamos evitar que las presiones de liquidez se conviertan en problemas de solvencia y evitar una cicatrización de la economía que dificultaría mucho la recuperación”, llamó.
Bajo ese entendido pidió evitar que el sistema financiero también entre en crisis;y crear proyectos para reactivar la economía una vez que pase la enfermedad.
Por el momento, entre todos los países del FMI las medida fiscales para intentar navegar la crisis suman un paquete de 8 billones de dólares, para términos comparativos, casi ocho veces más que el valor actual del producto interno bruto (PIB) mexicano.