El conjunto de la actividad industrial contribuye con un tercio del producto interno bruto (PIB), de acuerdo con el propio Inegi.
De octubre de 2018 –mes en que el entonces gobierno electo realizó una consulta que dio como resultado la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México– a la fecha, el Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) no ha dejado de contraerse a tasa anual, para acumular en febrero pasado 17 meses con retroceso.
Los datos exhiben que las industrias –cuya contracción de 1.8 por ciento el año pasado fue el principal factor para el 0.1 por ciento negativo en que resultó el PIB– ya reportaban debilidad desde antes de la irrupción del Covid-19 en la economía mexicana, según el análisis de grupos financieros.
La construcción es el rubro más golpeado. Este febrero se desplomó 9.54 por ciento a tasa anual; esta cifra es la más alta desde junio de 2001 e hizo retroceder el indicador a su nivel más bajo desde el cierre de 2008, cuándo arrancaba la crisis financiera mundial.
Respecto al reciente enero, el IMAI de la construcción descendió 0.93 por ciento, pese a que el gobierno federal ha lanzado al menos dos programas de impulso a la economía que implican el adelanto de licitaciones públicas para impulsar el sector.
No obstante, no es la única contribución en la merma de las industrias. Le siguen las manufacturas, vinculadas a la producción de Estados Unidos, que restaron 2.19 por ciento anual, la sexta baja consecutiva en el sector y la más amplia desde diciembre de 2007. Respecto a enero bajó 0.66 por ciento, informó el Inegi.
Mientras, la minería descendió 1.97 por ciento mensual e incrementó 2.07 por ciento a tasa anual. La generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, así como el suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final, creció en ambos comparativos, 1.89 y 1.53 por ciento, respectivamente.
La contracción de 2019 se extendió a este año, antes de la pandemia, y se deteriorará aún más en los próximos meses
, según el grupo de análisis de Citibanamex. Agrega que las perspectivas para el resto del año son claramente desfavorables
, dado que habrá un impacto en el comercio y la inversión mundial, lo que repercutirá en las manufacturas y la construcción en México.
Analistas de Banorte consideran que los resultados negativos de febrero se profundizarán en marzo dadas las disrupciones a las cadenas de suministro global y cierres en la segunda mitad del mes. En abril se espera una detención casi total en varios sectores
.
Detalla que los primeros efectos ya se han visto con el paro técnico de armadores importantes –incluyendo Ford, GM y Fiat Chrysler– que arrancó el 18 de marzo e implica que la producción de vehículos mermará 24.6 por ciento.
Con dichos argumentos, Citibanamex estima que la producción industrial se contraiga 8 por ciento al cierre del año, Banorte mantiene un estimado de 6.2 por ciento, también negativo.