El sistema de salud del país fue abandonado por décadas, y hoy no está preparado para enfrentar la pandemia del Covid-19 y atender a la población afectada, pues carece de los recursos económicos e infraestructura suficientes, dijo Raúl Molina Salazar, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Precisó que estas carencias no son atribuibles a la administración federal, sino que datan de hace tiempo, pero la coyuntura que afecta al mundo “debe ser el punto de inflexión para favorecer al sector, pues no podemos continuar como una de las naciones de América Latina que menos invierte” en el rubro, al que destina apenas dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), contra diez por ciento de Canadá.
El especialista de la UAM, adscrito al Departamento de Economía de la unidad Iztapalapa, señaló que el país tiene cinco veces menos camas por cada cien mil habitantes y tres veces menos enfermeras por la misma cantidad de personas, respecto de Canadá, lo que revela el contexto tan difícil que enfrenta México para ofrecer los servicios a quienes resulten contagiados por el virus.
Por ejemplo, citó, que el gobierno federal reportó que cuenta con cinco mil ventiladores para pacientes graves, un dato sobre el que hace unas semanas no se tenía registro, aunque “requerimos de ingenieros para dar mantenimiento, preparar y garantizar asepsia al instrumental médico”.
A través de un comunicado de la UAM, Molina Salazar estimó que “cuando la epidemia alcance mayor expansión no podremos hacer frente a las crecientes necesidades en los hospitales”, aun cuando se cuenta con grandes profesionales en epidemiología y en otras especialidades que laboran en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la misma UAM, y cuyas investigaciones son valiosas para analizar la pandemia del Covid-19.
Además, el Covid-19 “nos toma en una mala situación económica, ya que el PIB tiene estimaciones de una caída de entre tres y cuatro por ciento para este año e incluso hay proyecciones de una mayor reducción y ahora, al bajar la actividad comercial, los ingresos del gobierno se reducen por la baja de los impuestos recaudados, a lo que se suma el desplome de los precios del petróleo”.