Ciudad de México. El Instituto Politécnico Nacional (IPN) tiene actualmente en periodo de prueba dos prototipos de ventiladores, diseñados equipos multidisciplinarios de investigadores, para obtener su validación y con ello abrir la puerta a su producción en serie para ser utilizados en pacientes intermedios y graves de Covid-19, en el sector salud.
Ambos proyectos --ya concluidos en el diseño del prototipo--, se pretende que estén listos a finales de este mes de abril, ya con su validación y las pruebas clínicas aprobadas, a fin de iniciar su producción los primeros días de mayo, como una “solución auxiliar” en caso de que la curva de contagio de esta pandemia se mantenga al alza por más tiempo del estimado.
Luis Villa Vargas, secretario de Innovación e Integración del IPN, informó que la producción en serie se haría con “alianzas estratégicas” que esa casa de estudios tiene con algunas empresas de la iniciativa privada para este tipo de transferencias del conocimiento, y que los recursos para la construcción provendrían del gobierno federal.
En entrevista, el directivo encargado de manera directa del respirador no invasivo (Bpap), explicó que desde hace varias semanas mantienen reuniones permanentes funcionarios de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y del sector salud, en las cuales se ha informado que el gobierno federal definió una estrategia para que este tipo de proyectos innovadores, principalmente provenientes de instituciones de educación superior e investigación, “que lleguen a tener un nivel de madurez y que cumplan los requisitos mínimos de seguridad y calidad, se les destine recursos para su producción en volumen”.
Juan Silvestre Aranda Barradas, secretario de Investigación y Posgrado del IPN, encargado directo del proyecto del ventilador invasivo, informó que este proyecto también se encuentra en fase de pruebas, mismas que serán concluidas en breve para que pueda ser utilizado en los casos graves del Covid-19. Una vez validado estará disponible en código abierto para ser producido.
Ambos funcionarios comentaron que los ventiladores tienen un costo mucho menor que los del mercado, aunque se reservaron entrar en detalle.
“El objetivo es que sean una solución auxiliar, que debe ser útil en la carencia de otros tipos (de ventiladores o respiradores) en línea. Es decir, si logramos aplanar esta gráfica de contagio evidentemente no llegaríamos a contar con estos equipos extras, pero si no se logra aplanar esta curva de la que nos ha hablado, estos equipos serían una solución auxiliar”, dijo el secretario Villa Vargas, quien además dijo que se trabaja con el gobierno federal en busca de una validación más ágil, bajo parámetros establecidos de seguridad y funcionalidad.
De acuerdo a las circunstancias que se presenten, de ambos ventiladores se podrían construir “cientos o miles” de ellos, para poder atender a pacientes de Covid-19, pues en el diseño de los prototipos también se ha cuidado el escoger insumos nacionales y que no representen en un futuro inmediato una escasez de los mismos.
Villa Vargas explicó que el IPN también trabaja en la producción de cubrebocas con la aplicación de procesos nanotecnológicos, con nanopartículas antivirales Covid-19, realizada por el Centro de Investigación en Computación del Instituto, que superaría por su efectividad, a los cubrebocas que habitualmente utiliza el personal sanitario. Se podrán entregar, para la protección del personal hospitalario, una vez concluida la fase de pruebas, hasta 50 mil piezas diariamente en alianza con el sector productivo.
Asimismo, el Politécnico dispone de laboratorios de investigación con capacidades para el diagnóstico molecular del virus. La prueba implica la toma de muestra, el aislamiento del virus y la extracción de su material genético, que sólo pueden hacerse en instalaciones reguladas de bioseguridad niveles II o III, capacidades que se encuentran en la ENCB, donde se pueden realizar 115 pruebas diagnósticas por día, aplicando los protocolos PCR autorizados por las autoridades competentes: el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos y la Secretaría de Salud.
También, hay otras iniciativas en proceso como el diagnóstico preliminar y el diagnóstico clínico vía telefónica, las mascarillas convencionales, o la fabricación de pantallas de protección para personal médico.