Madrid. España volvió a registrar su máximo histórico de fallecidos por el virus Covid-19 en un día, 925, con lo que ya se superó al cifra de los diez mil muertos desde el inicio de la crisis sanitaria. Además el número de contagiados no paran de aumentar, con 110 mil personas, dispersadas por todo el país. El otro gran drama provocado por la pandemia, el económico, se mostró con toda su crudeza con las últimas estadísticas del desempleo, que ya registran los destruidos en las últimas semanas: en total se calcula que más de 850 mil puestos de trabajo ya no forman parte del mercado laboral, una cifra que podría alcanzar en las próximas semanas hasta los dos millones.
Cada día es un tobogán de emociones y drama en el país ibérico, donde a pesar de los intentos del gobierno español, del socialista Pedro Sánchez, de trasladar un mensaje de optimismo asegurando que el país ya entró o está a punto de hacerlo en lo que llaman “el pico de los contagios”, que daría la vuelta a la curva de la pandemia, los datos que ofrece la realidad son cada vez más desoladores. Y las imágenes que va dejando la crisis son en ocasiones insoportables: las morgues improvisadas, como el Palacio de Hielo de Madrid, es un trajín sin cesar de féretros solitarios que se trasladan de inmediato a las incineradoras, que a su vez están trabajando las 24 horas del día y aún así no tienen la capacidad suficiente para asumir tantos cuerpos. De hecho ya se está buscando en las localidades limítrofes a Barcelona y Madrid otras morgues e incineradoras donde poder llevar los cuerpos y así evitar que se vayan acumulado y limitar al máximo los riesgos de más contagios.
La principal preocupación en estos momentos son los más de seis mil pacientes que están internados en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), que se encuentran en estado crítico, y que además del riesgo individual que tienen sus vidas, también se teme que ante una nueva avalancha de contagios o de empeoramiento de salud de los ya contagiados, los hospitales pierdan el control de la situación. La buena noticia es el número de pacientes enfermos a los que les han dado el alta médica, que ya suman 26 mil 743. Es decir que casi dos de tres de los contagiados hospitalizados logran salvar la vida.
El ministro de Sanidad español, Salvador Illa, compareció en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados y recibió duras críticas de toda la oposición, incluso de los grupos parlamentarios que apoyaron en su día la investidura de Pedro Sánchez, como el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Sobre todo le recriminaron la “unilateralidad” en la adopción de las medidas, la “improvisación” en la gestión de la crisis y la falta de lucidez para atender las advertencias que se hicieron desde enero pasado por la Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea para protegerse contra la pandemia.
Según los datos de filiación a la seguridad social, sólo en el mes de marzo se destruyeron casi 900 puestos de trabajo en el país, de los cuales alrededor de 600 mil se encuentran en un proceso de Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), una formula de la jurisprudencia laboral española que pueden utilizar las empresas en periodos de inestabilidad o crisis. Como es el caso. En cualquier caso las previsiones al futuro no son nada halagüeñas, incluso algunos informes advierten del riesgo de perder hasta dos millones de empleos por la pandemia.
