Barclay’s redujo este jueves su estimado de crecimiento para la economía mexicana; prevé una contracción de 5 por ciento para el cierre del año, más amplia que su cálculo anterior de 2 por ciento negativo.
En una nota a inversionistas, subrayó que una vez declarada la emergencia sanitaria por el avance de la epidemia de Covid-19 y un paro nacional de actividades no esenciales, en el país no se han resuelto las medidas económicas para contener la caída de la economía.
La presión sobre el sistema de salud es el principal riesgo, ya que se desconoce qué tan rápido el virus podría propagarse en el país”, a ello, el banco de inversión suma que “todavía no hay apoyo fiscal (u otras medidas de estabilización) a la vista”.
La baja de Barclay’s se da un día después de que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público presentara los Pre-Criteros de Política Económica 2021, en el que ya parte de que la economía podría crecer apenas 0.1 por ciento en 2020, o desplomarse hasta en -3.9 por ciento. También es a horas de que Bank of America anunciara su estimación: una contracción de 8 por ciento.
En este contexto, Barclay’s sostuvo que desde marzo los servicios se han visto presionados y en abril lo serán las exportaciones. Los analistas liderados por Marco Oviedo prevén que los esfuerzos fiscales del gobierno se centren en mantener a Petróleos Mexicanos (Pemex) y los programas sociales, sin estímulos o con opciones fiscales limitadas.
Este escenario advierte para Barclay’s una recuperación de apenas 1 por ciento en 2021, debido a que los factores internos podrían mantener la inversión baja tras el choque producido por la pandemia de Covid-19.
Abunda sobre el apoyo del gobierno a Pemex para que ésta cumpla con sus metas financieras, mientras la propia Hacienda estima un precio del petróleo de 30, un crecimiento de 2.0 por ciento y un déficit de 3.5 por ciento del producto interno bruto (PIB) para el próximo año.
Por otro lado, Barclay's asentó que “la inflación no es actualmente un problema” y disminuirá más rápidamente por la falta de demanda, combinado con un menor precio de las gasolinas. Hecho que llevaría a Banco de México a bajar su tasa de interés a 5.5 por ciento –del actual 6.5 por ciento- en los próximos dos meses; y que hacia septiembre, llegue a 4.50 por ciento.