La escritora Brenda Navarro consideró que cuando pase la situación de crisis por Covid-19 “vamos a salir siendo personas distintas con mensajes distintos y necesidades diferentes”.
La autora de la novela Casas vacías, editada por Sexto Piso, conversó este miércoles de manera virtual en la plataforma de Facebook con sus lectoras y lectores, ahí adelantó que escribe un libro sobre el suicidio pero la crisis por el coronavirus le ha hecho parar la escritura, porque “al ser un libro que se cuestiona el suicidio no puedo dejar de escuchar lo que se dice ahora y ver si eso va influir un poco en la novela o no, y si esa historia será contada antes de esta crisis o después, pero creo que me toca escuchar y tendré que parar de escribir. Ni modo se retrasará un poco mi plan”.
En la charla organizada por la Librería Ghandi y la editorial Sexto Piso en este periodo de aislamiento, Navarro habló sobre literatura, su novela Casas vacías, y de autoras como la húngara Agota Kristof.
La escritora compartió que escribió Casas vacías en México en el cambio de gobierno de Felipe Calderón y la llegada de Enrique Peña Nieto “con un discurso de que no había guerra contra el narcotráfico y quería borrar todo lo que se vivía en ese momento.
“Tenía la sensación de desazón por lo que estaba pasando con las mujeres que tenían sus casas vacías y fue así como empece a escribir”. Aclaró que nunca le interesó hablar desde la posición política, pero sí le interesaba hablar de las desapariciones en el país donde no se le permite a la mujer ejercer su maternidad con derechos.
Explicó que en la trama hay un niño con autismo como una metáfora de la infancia en México que no es escuchada y también recurrió a ese personaje que no se puede comunicar porque considera que en el país también se menosprecia a las personas con discapacidades.
Brenda Navarro expresó que la literatura es una labor colectiva que requiere de los lectores y personas que se dedican a escribir sobre las cosas que ven, pero también está la persona que se encarga de distribuir la lectura.
“Tenemos que quitar la idea de que el autor se sienta en casa solo a escribir y es la estrella de la literatura, porque estamos dejando de lado todas las partes que componen a la literatura, se nos olvida esta gran riqueza que significa el poder escuchar, observar, empatizar y crear lenguajes específicos para poder transmitir una historia que no necesariamente tiene que ver con la genialidad de una persona, si no con la capacidad de síntesis y la capacidad de que una persona te quiera escuchar”.
Indicó que “cada libro tiene un público, cada libro tiene preguntas y cuestionamientos que pueden responderse colectivamente y creo que esa es una de las nociones de la literatura, no el libro en si como mensaje político, si no que el libro puede generar conversaciones”.
Explicó que más allá de hablar sobre los personajes y de los autores, se debe hablar de los lectores porque son ellos quienes sostienen al mercado editorial y también a la literatura.