Madrid. España ha encadenado cinco días seguidos con más de 800 muertos diarios por la pandemia del Covid-19. Es decir que en sólo cinco días han perdido la vida cuatro mil 195 personas, alcanzando así un total de nueve mil 53 fallecidos desde el inicio de la crisis sanitaria.
Con estas cifras, el país ibérico se convierte en el más mortífero del mundo en el conteo diario y si mantiene esa tendencia lo más probable es que supere a Italia en los próximos días. También se superó la cifra de cien mil infectados en el país.
A pesar del endurecimiento de las normas del confinamiento en España, un país que tiene prácticamente todo su tejido productivo paralizado y con la mayor parte de los 46 millones de residentes en el país confinados en sus casas las 24 horas del día, la tasa de mortalidad por la pandemia lejos de disminuir se mantiene en sus cotas más altas.
Desde el sábado hasta el miércoles pasados se concatenaron los peores registros en víctimas mortales por el coronavirus: 832, 838, 812, 849 y los 864 fallecidos de ayer. Unas cifras que preocupan a los responsables sanitarios, pues además de convertir a España en el país con más tasa de mortalidad con respecto a su población en cuestión de días se convertirá en el que más número de fallecidos tenga del mundo por la infección. El dato es tan alarmante que, según los estudios estadísticos, una de cada dos personas que mueren en el país desde la semana pasado fue por haber estado infectado por el virus.
Ante el drama diario que se sucede en hospitales y funerarias -éstas vacías porque está prohibido celebrar honras fúnebres multitudinarias y como mucho se autoriza la presencia de uno o dos familiares, y siempre separados por dos metros de distancia-, el gobierno del socialista Pedro Sánchez se encuentra cada vez más aislado. El Ejecutivo español, acusado de negligencia por la oposición política, también está en la diana de la opinión pública y de los propios trabajadores de la sanidad pública, porque en las tres semanas que lleva la crisis no ha sido capaz de dotar del material necesario y suficiente para la protección de los médicos, enfermeros y auxiliares que se encargan de atender a los enfermos.
Las mascarillas, los guantes, las batas, los gorros y los aparatos respiratorios que se prometieron hace ya más diez días siguen sin llegar y en algunos hospitales de Madrid y Barcelona ya reina el caos. De hecho, un colectivo de trabajadores sanitarios presentó una querella contra el ministro de Sanidad, Salvador Illa, por negligencia y homicidio imprudente, ya que los sanitarios infectados ya son más de diez mil.
Precisamente el ministro Illa insiste, a pesar de los pésimos datos que se registran a diario, que “la pandemia está estabilizada” y que por fin se está llegado a la culminación de la propagación de la epidemia. Es decir, que a partir de ahora se irá reduciendo los porcentajes de infectados, fallecidos y hospitalizados, siempre según la hipótesis oficial.