Ciudad de México. Además de sus respectivas crisis por la pandemia del nuevo coronavirus, las economías de América Latina resentirán la de Estados Unidos, con una baja de al menos 3 por ciento –4 mil millones de dólares– en las remesas. Por el volumen de estos recursos la disminución más pronunciada se prevé para México, advierte Diálogo Interamericano (IAD, por sus siglas en inglés) en estimaciones que el centro de estudios califica de bastante conservadoras
.
La caída de las remesas para la región afectará a muchos países en un momento en que el crecimiento económico ya era débil. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe ya había establecido que el flujo de éstas en 2019 contribuyó a suavizar una posible recesión el año pasado. Con el próximo declive al menos un millón de hogares se verán afectados
, advierte.
En México, dichas previsiones se traducen en que las remesas pasen de 36 mil 45 millones de dólares registrados el año pasado a 34 mil 440 millones en éste, agrega. En total, mil 604 millones menos para paliar una recesión que organismos internacionales y bancos de inversión han advertido que será severa en el país.
El estudio parte del desempleo previsto para Estados Unidos este 2020. Hasta el momento se estiman 3 millones de puestos de trabajo menos, 595 mil entre migrantes.
Entre estos últimos, 332 mil 980 de origen mexicano, de los cuales 90 por ciento dejaría de enviar recursos a sus familias.
El estudio retoma la experiencia de 2009. Hace 11 años la crisis financiera mundial, gestada en Estados Unidos, aumentó 8 por ciento la tasa de desempleo en 18 meses y ello se reflejó en una disminución de casi 12 por ciento en la capacidad de los migrantes para enviar dólares a sus familiares.
Con los cierres de negocios, la reducción de la actividad económica y la recesión en Estados Unidos, los migrantes, quienes trabajan principalmente en la construcción y los servicios, son los más vulnerables al recorte de salarios y despidos, detalla el reporte. A la fragilidad financiera se suma la de salud. Al menos 20 por ciento no tienen acceso a servicios médicos y en el caso de los indocumentados se incrementa a 32 por ciento. El miedo a la deportación complica aún más las cosas, ya que desalienta a los migrantes a buscar atención
, agrega.
Una encuesta de IAD de 2013 reveló que los migrantes informaron que gripe, dolor de cabeza, fiebre, tos y alergias eran las afecciones de salud más comunes que experimentaban y más de la mitad dijo automedicarse y no buscar atención médica.
Teniendo en cuenta las vulnerabilidades financieras y de salud de los migrantes, así como la previsión de la recesión, una estimación conservadora muestra que este año las remesas disminuirán hasta 3 por ciento desde 2019 de 77 mil millones a 75 mil millones.
El peso de esta pérdida varía en las economías. En Haití, Nicaragua y Honduras las remesas representan de 36 a 22 por ciento del producto interno bruto. No obstante, el impacto más dramático
es en los hogares, dado que al menos 5 por ciento en la región no recibirá esos recursos, apunta IAD.
Previamente, el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos publicó que en México prácticamente 90 por ciento de los hogares receptores de remesas usan esos recursos para manutención, seguido de gastos en salud y educación. Además, en 28.5 por ciento de hogares esos flujos son el principal ingreso.
La dependencia de las remesas en México se rastrea mediante los ingresos con que cuenta un hogar. La Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto advierte que los más pobres tienen una dependencia seis veces mayor de esos envíos que las familias de ingresos superiores.