Mesa. Rachel Folden se dio cuenta de algo durante su primer campamento de primavera con los Cachorros de Chicago -mucho antes de que la pandemia del nuevo coronavirus causara la suspensión de actividades del equipo-.
A ninguno de los jugadores le importa mucho que uno de sus entrenadores sea mujer. Sin embargo, a las chicas con que conversa les importa mucho que una mujer forme parte del cuerpo de entrenadores.
“Algunas personas se me han acercado para decirme que ahora sus hijas están pegadas al televisor viendo béisbol o que sus hijas saben que existe cierto camino por el que pueden llegar al béisbol, y no tienen que optar por el sóftbol”, comentó Folden. “En realidad son bastantes las personas que me lo han dicho”.
Grandes Ligas está impulsando el mismo mensaje. Al reconocer la importancia de la representación cuando se trata de expandir el béisbol, la oficina del comisionado sigue buscando formas de atraer a más mujeres y población de las minorías a este deporte.
El Instituto por la Diversidad y Ética en el Deporte (TIDES, por sus siglas en inglés) en el centro de Florida otorgó al béisbol la calificación de C en cuanto a contratación por género en su reporte más reciente sobre diversidad, que fue emitido en abril del año pasado -un punto debajo del resultado de un año previo de 70-. Pero Grandes Ligas espera que una serie de contrataciones realizadas durante los últimos meses del año sea una señal de que su Programa de Canalización de Diversidad está dando resultados.
Alyssa Nakken se convirtió en la primera mujer en un cuerpo de entrenadores de ligas mayores al ser nombrada asistente del nuevo manager de los Gigantes de San Francisco, Gabe Kapler. Folden obtuvo un empleo con los Cachorros como su principal supervisora de bateo y cuarto entrenador para el equipo de nivel novatos de Mesa. Rachel Balkovec fue contratada como entrenadora de bateo de ligas menores para los Yanquis de Nueva York.
Verónica Álvarez trabajó con los Atléticos de Oakland durante el campamento de primavera por segundo año consecutivo, y Christina Whitlock fue contratada como entrenadora de ligas menores con los Cardenales de San Luis.
“Estoy aquí por una razón”, dijo Nakken. “Estoy aquí para generar un impacto. La gente puede pensar lo que quiera, pero todo se remonta a ese sentido de responsabilidad. Voy a entrar a forjar camino, abrirme paso y trabajar extremadamente duro”.
Nakken, Folden, Balkovec, Álvarez y Whitlock tienen relación con Take The Field, un programa de desarrollo para las reuniones de invierno que está diseñado para integrar mujeres a la canalización operativa del béisbol.
Grandes Ligas también ha empezado a invertir más en los torneos y programas de béisbol y sóftbol de mujeres, a fin de identificar y establecer contacto con mujeres interesadas en aspirar a una carrera en el béisbol. La creciente dependencia del béisbol en la tecnología también está creando más oportunidades para las mujeres.
“En el contexto actual ya que no se trata tanto realmente sobre tus antecedentes como jugadora”, explicó Tyrone Brooks, director senior del programa de canalización de diversidad en los ámbitos tanto de campo como directivo de Grandes Ligas. “Se trata más sobre si uno cuenta con habilidades que puedan ser aplicadas en la manera en que un equipo aborda el desarrollo de sus peloteros. Obviamente, la tecnología juega un papel cada vez mayor en el desarrollo de jugadores”.