como resultado de una ejecución de políticas irregular o no efectiva que debilite las finanzas públicas.
También redujo en un escalón la calificación de la deuda emitida por Petróleos Mexicanos (Pemex), que arrastra pasivos por alrededor de 100 mil millones de dólares y que con esta medida enfrentará un mayor costo para financiarse. La perspectiva también es negativa. Los bajos precios del petróleo y gas que se prevén para los siguientes dos años amenazan la ejecución del plan de negocios de la empresa, debido a que un débil flujo de efectivo limitará la capacidad de financiar sus necesidades de capital
, expresó.
La firma de riesgo previó una contracción de entre 2 y 2.5 por ciento en el producto interno bruto (PIB) mexicano en 2020, seguido de un crecimiento de poco más de 2 por ciento en 2021 y de 1.8 por ciento entre 2022 y 2023.
Tres fueron los principales argumentos para dejar a la deuda mexicana a dos grados de los llamados bonos basura –un nivel que implica que los fondos de inversión se desprenderían de esos papeles–: el choque en la economía provocado por las medidas para contener el Covid-19, la abultada deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) en un entorno de baja en los precios del crudo y los pocos recursos de que dispone el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) para enfrentar la situación actual.
A ello se suma el bajo desempeño económico que refleja, en parte, la incapacidad del gobierno de (presidente Andrés Manuel) López Obrador para mejorar la confianza del sector privado y la dinámica de inversión
, que no ha aumentado ni con el Acuerdo de Inversión en Infraestructura, firmado en el último trimestre de 2019.
Agregó que si bien el Presidente ha subrayado su compromiso con la prudencia fiscal, la combinación de desafíos sociales, económicos y de salud; la existencia de una flexibilidad fiscal moderada, y los recientes choque externos
, así como la debilidad del peso, podrían presionar los niveles de deuda en 2023 hasta representar 49 por ciento del PIB, comparado con el 42 por ciento de 2019.
“Prevemos un impacto pronunciado sobre la economía mexicana, derivado de la combinación de choques del Covid-19 –en México y en Estados Unidos, su principal socio comercial– y de la caída en los precios internacionales de petróleo.”
Agregó que si el perfil fiscal del gobierno se mantiene débil durante un periodo prolongado, pese a cierta estabilización en la producción, el bajo desempeño operativo y financiero de Pemex y las limitaciones de su capacidad técnica podrían generar un pasivo contingente más significativo para la calidad crediticia del soberano
.
La acción de baja es la primera del año para la deuda soberana de México entre las tres principales agencias de riesgo crediticio (S&P, Fitch y Moody’s) y tiene efectos en el costo del financiamiento –a mayor riesgo, más costoso– e incluso puede motivar que los inversionistas se abstengan de tomar bonos o deuda mexicanos.
En la misma jornada Bank of America (BofA) sostuvo que la pandemia y las acciones que el mundo está tomando para contenerlo están afectando a México desde todas partes
.
Advirtió una gran contracción
en el país por ser una economía muy abierta
. Casi 70 por ciento del PIB se comercializa en los mercados internacionales. “Las exportaciones colapsarán (…) ya eran débiles a finales del año pasado, y creemos que serán el principal canal de transmisión del coronavirus a la economía mexicana”, advirtieron economistas del banco.
A ello se suma como riesgo que no hay restricciones al libre flujo de capital, ya sea de cartera, inversión directa o movimientos bancarios, por lo que cualquier cambio en las condiciones financieras mundiales se resiente en el país.
Moody’s critica la estrategia
También ayer, Moody’s lanzó un reporte donde cuestionó la manera en que el gobierno mexicano ha llevado la contención de la pandemia del Covid-19 y asumió que éste parece estar priorizando la economía en lugar de limitar la propagación del virus
, con efectos que a largo plazo implicarían un efecto más prolongado en la economía.