Frente a la pandemia COVID-19 “necesitamos superar el temor y la incertidumbre anteponiendo la racionalidad, el optimismo y la esperanza", aseguró ayer el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, quien explicó que aunque la institución ha suspendido la mayoría de sus actividades por la contingencia sanitaria, no se detendrá.
En un mensaje dirigido a la comunidad universitaria, señaló que en atención a las recomendaciones de especialistas universitarios, la UNAM ha bajado su ritmo de trabajo. "Desaceleración en todas nuestras funciones sustantivas: en la educación presencial, en la investigación y en la difusión de la cultura".
Esto no significa que todo se cancelará. En el terreno educativo y para compensar en la medida de lo posible la educación presencial, la Universidad ha puesto a disposición de la comunidad estudiantil "un riquísimo campus virtual con contenidos de aprendizaje para los distintos niveles utilizando todas las herramientas tecnológicas de que disponemos para facilitar las clases virtuales y la educación a distancia", expuso.
En relación con la investigación, continuará aquella que, por su curso natural, no pueda ser llevada a cabo desde los domicilios de los investigadores, además de que la UNAM seguirá realizando toda aquella consustancial a la seguridad nacional.
Y los canales de difusión de radio y televisión, las redes sociales y la comunicación de la Universidad en general, redistribuirán cargas de trabajo y mantendrán su labor, además de informar, de manera veraz y oportuna, sobre la situación que guarda la UNAM en relación con el COVID-19.
El regreso a la normalidad de la vida universitaria será determinado en función del desarrollo de la pandemia, explicó. "Se realizarán los ajustes necesarios para aminorar su impacto en nuestras funciones sustantivas", adelantó.
"Nos distanciamos físicamente entre nosotros, pero seguimos trabajando unidos, para evitar la dispersión del contagio y su propagación a una escala mayor", dijo el rector.
Añadió que los grupos vulnerables, particularmente los mayores de 65 años, deben evitar el contacto con otras personas y procurar su reclusión domiciliaria, particularmente si tienen fiebre o síntomas de congestión nasal o bronquial; si éste fuera el caso, guarden reposo en su casa.
Pidió tener presente que el COVID-19 se propaga por contacto físico; y recordar lavarse las manos con frecuencia, usar geles desinfectantes y evitar tocarse el rostro.