Madrid. La pandemia de coronavirus superó este jueves los 4.000 muertos en España, donde las autoridades esperan estar acercándose poco a poco al máximo de casos, en un país con muchos hospitales desbordados por la afluencia de pacientes.
En su parte diario, el ministerio de Sanidad reportó 655 nuevos fallecidos, lo que eleva el total a 4.089, la mitad de ellos en la región de Madrid, 2.090.
España es el segundo país del mundo con más muertos de Covid-19, sólo por detrás de Italia.
Fernando Simón, el director del centro de emergencias sanitarias, incidió en que "un 87% de los fallecidos tienen más de 70 años".
Los casos confirmados son 56.188, y 7.015 personas han sido curadas, un 30% más que hace 24 horas.
El aumento de las cifras ha sido vertiginoso en la última semana en una España sometida a un confinamiento casi total desde el 14 de marzo, para reducir el riesgo de transmisión. Desde el viernes se cuadruplicó el número de muertos.
No obstante, las autoridades destacaron el fuerte incremento de sanados y la reducción en el ritmo de fallecidos, que este jueves aumentaron un 19%, menos que el miércoles (+27%), cuando se alcanzó un récord de 738 muertos.
El ritmo de infecciones también se ha ido moderando, y este jueves el aumento fue del 18%, dos puntos menos que en los dos últimos días.
Con mucha cautela, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, dijo que "los datos de los últimos días indican un cambio de tendencia", y que "el número de casos se podría estar aproximando a su máximo".
"Poco a poco vamos acercándonos" al objetivo de "llegar al pico y empezar a descender" en el número de casos, abundó Fernando Simón.
Este avisó no obstante de que, una vez pasado ese máximo, habrá "un efecto de acumulación" en los hospitales, por el prolongado período de ingreso que requieren muchos pacientes.
- Compras masivas de material -
La situación es crítica en numerosos hospitales del país, donde profesionales de distintas especialidades han sido movilizados para atender la afluencia de pacientes, y las unidades de cuidados intensivos se han visto desbordadas.
Los profesionales denuncian además una falta acuciante de material de protección, sobre todo mascarillas, así como de respiradores y de equipos para hacer más diagnósticos.
"Las urgencias están sobrepasadas en estos momentos", dijo a AFP Jorge Rivera, portavoz del hospital de Leganés, cerca de Madrid.
El centro "está trabajando por encima de sus posibilidades, porque prácticamente todo el hospital está empeñado en luchar contra el coronavirus (...) El personal se está dejando la piel", añadió.
España pidió esta semana ayuda a la OTAN para obtener mascarillas, tests rápidos y ventiladores para asistencia respiratoria.
Igualmente ha multiplicado los pedidos internacionales de material, tanto desde el gobierno central como desde las regiones.
El ministro Illa comentó ante una comisión parlamentaria que hasta el miércoles se han cerrado compras con proveedores chinos "por valor de 509 millones de euros", y prometió que "todos los profesionales de la sanidad van a contar con los medios para protegerse".
- Objetivo: masificar las pruebas -
Para acelerar los diagnósticos y poner coto más eficazmente a la pandemia, España confía también en extender masivamente los tests rápidos, cuando hasta ahora ha estado realizando diagnósticos con un método más laborioso, a un ritmo de entre 15.000 y 20.000 diarios.
Según Fernando Simón, en los próximos días llegarán del extranjero "en torno a los 5 millones" de tests rápidos.
En paralelo, se está trabajando con empresas locales de biotecnología "para que esos tests se puedan producir en España en un breve plazo".
Los primeros pedidos de tests rápidos a China vinieron no obstante con sorpresa desagradable, ya que resultaron ser ineficaces, lo cual "ha obligado a devolver los lotes", lamentó Simón.
España y sus más de 46 millones de habitantes se disponen a permanecer bajo confinamiento al menos hasta el 11 de abril.
Las fuerzas armadas continúan movilizadas en las calles, y este jueves se encontraban en más de 200 localidades españolas, desinfectando hospitales, centros de ancianos y aeropuertos.
El ejército ayudó también a convertir en hospital de campaña el Ifema, un gigantesco centro de congresos de Madrid con capacidad para 5.500 camas, y donde este jueves se espera tener a más de 600 pacientes ingresados, según las autoridades locales.