Ciudad de México. El pintor Javier Vázquez Estupiñán –Jazzamoart– nunca visualizó
tener un libro sobre su obra. Con una trayectoria de 48 años, tiene ya varios; sin embargo, La vida de la pintura (La Cabra Ediciones) es un volumen singular porque sus 50 textos resultan ser una antología de todo lo que se ha escrito sobre su producción.
Son textos de diferentes autores, tan diversos como Raquel Tibol, Jorge Alberto Manrique, Teresa del Conde, Carlos Montemayor, Vicente Leñero, José Luis Cuevas, Rafael Coronel, Vlady, Arnold Belkin y Alain Derbez.
El texto más temprano es Las beboperas de Jazzamoart, de Evodio Escalante, escrito en 1982 para el catálogo de la exposición Las beboperas, montada en 1983 en la Galería Metropolitana. Las más recientes son de 2019.
El conjunto es un mosaico de ideas y diferentes formas de ver mi trabajo, desde los que son más o menos íntimos conmigo, desde la crítica, la historia, o los ángulos estrictamente pictóricos. Unos son más humanos, otros muy divertidos, neuróticos. Hay personas del medio literario, musical y pictórico que ofrecen diferentes versiones
.
Además, el pintor hizo un dibujo para cada texto: “Este libro fue ideado por mi hijo Jazzamoart –de quien se tomó su nombre artístico– y la editora María Luisa Passarge. Mi hijo me sugirió hacer un dibujo para ilustrar cada texto. Algunos ya los conocía, sin embargo, los releí para buscar la frase o el punto que me llamara más para hacer el dibujo”.
–¿Hay una gran ausencia de libros sobre artistas en México?
–No es negocio. Los únicos que pueden hacer negocio son los grandes escritores mundiales que venden muchísimos ejemplares, que son muy conocidos, que es un negocio seguro por su prestigio. Salvo para algunas editoriales muy poderosas que, además, hacen unos tirajes monstruosos sobre Da Vinci, Rembrandt, que reparten por todo el mundo, puede ser redituable.
Faltan más títulos de arte
“Aunque en realidad hacer un libro de arte es casi una hazaña, una cosa heroica, sobre todo en México y en los tiempos que corren, que ya todo se vuelve electrónico. Casi nadie lee o tiene la gana de ir a una librería y ver la portada, hojear las páginas, todo ese ritual que parece un poco caduco.
Los artistas en su mayoría no tienen el éxito que quisieran para patrocinarse un libro. Hay que picar piedra, buscar voluntades para hacerlo. Deberían existir más libros de arte y menos de otras tarugadas. Lo mismo pasa con las noticias.
Expone en Madrid
Jazzamoart exhibe actualmente Amar la tremolina, en Madrid, en el Instituto de México en España. En su taller se aprecian cuadros recientes giacometizados (el alargamiento de las figuras): Vi la exposición de Giacometti en el pasillo principal del Museo del Prado en diálogo con las pinturas de la colección. Giacometti siempre ha sido una figura que nos ha interesado casi a todos los artistas. Por la noche, en el hotel, hice unos dibujos y acuarelas, que pinté al llegar a México
.
Al acudir a un museo, el entrevistado siempre dice que va a visitar a sus amigos Picasso, Goya, Velázquez, Saura, Van Gogh o Rembrandt. Por la noche, en su habitación de hotel, vacía
lo que aprendió en esa visita. Más que diálogos de palabras, son pictóricos, de forma, de observar cómo el artista le hizo
. De allí surgió la presente serie con estos aires giacometianos, con el empaste y el color muy cuidado que estoy trabajando
.
Por otro lado, están los retratos: “Siempre me ha obsesionado cómo hacían los retratos antiguos los grandes iconos de la historia, como La Gioconda o los de Velázquez, de Goya, aunque también los retratos de Bacon, Freud o de pintores más recientes. Es una especie de juego en el espacio y el tiempo, decir: ‘voy a pintar a la manera de Goya o de Velázquez, aunque también a la de Jazzamoart y nuestros días.
Como que metes todo en esa especie de licuadora pictórica, o de ideas, o de técnicas, de maneras de hacer y de ser. Todo esto al final da el resultado de los cuadros que pinto actualmente, y que llamo retratos de todos los tiempos.