Un grupo de 30 chilenos varados en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) suplicaron al embajador de su país les facilite un vuelo humanitario para que puedan regresar a sus hogares.
Algunos chilenos llevan durmiendo dos noches en los mostradores de Aeroméxico, que les canceló sus vuelos tras el anuncio del cierre de fronteras.
Entre los afectados se encuentran niños, personas con discapacidad y de la tercera edad con diabetes, quienes dijeron, están expuestos a enfermedades y resfriados debido al frío que se siente en la terminal aérea, pero no sólo eso, la mayoría lamentó que ya no tiene dinero para comer.
Sebastián Maldonado, quien es hipertenso y requiere un tratamiento especial, manifestó que viajó de La Habana Cuba al AICM donde salía su vuelo de conexión, pero que de manera sorpresiva y sin avisarle con anticipación, Aeromexico suspendió su vuelos.
"La aerolínea sólo nos dijo que el gobierno de Chile cerró la frontera, pero sólo fue para personas extranjeras no para los ciudadanos. Aeroméxico único que ha hecho es arruinar nuestras vacaciones, ni siquiera nos ha ofrecido un vaso de agua.
Añadió que ya se presentó la cónsul general de Chile Marta Vargas Díaz pero que la aerolínea no le dio la cara. "Aquí hay personas hipertensas, asmáticas, con discapacidad. Responsabilizamos a la aerolínea si el estado de salud de alguno empeora o nos contagiamos de coronavirus. Sólo pedimos que Aeroméxico libere nuestros tickets, cosa que no quieren hacer" y no descartó demandar a la aerolínea mexicana.
"Ojalá el presidente de Chile, Sebatia Piñeyra se pone los pantalones y hable con el presidente de México para que nos brinden un vuelo humanitario y nos saquen de México".
Tirsa Esther Villalobos y sus siete familiares también pasaron la noche pero en la Terminal 1, luego de que Interjet también les canceló el vuelo, sin embargo aseguró que en el mostrador los trabajadores le cobran 1000 dólares por persona para reponerles el viaje, ya que esas eran las políticas de la aerolínea, pero expresó que ya no tienen dinero ni para el hospedaje.
"Suplicamos que nos ofrecieran aunque sea un albergue porque venimos con niñas, yo soy diabética y no he comido como debe ser, solo una señorita del mostrador me regaló agua".