Ciudad de México. Alejandro Nadal Egea, profesor-investigador del Centro de Estudios Económicos (CEE) de El Colegio de México, abogado, economista y articulista de La Jornada desde hace más de dos décadas, falleció ayer, informó la institución educativa.
Estudió derecho en México y el doctorado en economía en la Universidad de París X Nanterre. También fue coordinador del Programa sobre Ciencia, Tecnología y Desarrollo y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel III.
En años recientes, ya jubilado como profesor de El Colegio de México, encabezó el grupo de trabajo sobre economía y medio ambiente de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, con un enfoque en la prohibición del comercio internacional de marfil y su relación con la pérdida de biodiversidad, un tema que abordó en varias ocasiones en La Jornada. (https://bit.ly/2WqGFgf y https://bit.ly/2Wo8S7A)
Cuando conocí a Alejandro Nadal, en la primera parte de la década de los 70, trabajaba como abogado (estudió licenciatura en leyes) que se estaba especializando en los temas de patentes y marcas y de transferencia de tecnología y formaba parte de un proyecto de investigación en estos temas. Compartimos nuestra participación en un grupo que sesionaba periódicamente en el Conacyt y que, poco después, se constituyó como el grupo de Instrumentos de Política Científica y Tecnológica que redactó el Capítulo X (y último) del Plan Nacional Indicativo de Ciencia y Tecnología, denominado Instrumentos de Política Tecnológica, recordó ayer Julio Boltvinik, también miembro de El Colegio de México y articulista de La Jornada.
Alejandro Nadal, buen conversador, entusiasta, practicante del deporte, escribió su último artículo para este diario la semana pasada, ya desde la cama de un hospital, el cual tituló La crisis se anunciaba antes del coronavirus (https://bit.ly/38Y3UAU).
Varios analistas predicen caídas de 2 y hasta 3 por ciento en el PIB mundial si la recesión se declara y se extiende más tiempo. Pero que nadie se deje engañar en este contexto. Los temblores que se vienen pronosticando están presentes desde hace meses y los remedios que supuestamente estaban diseñados para aplacar el dolor los han intensificado, escribió.
Después de participar en la redacción del Plan Nacional Indicativo de Ciencia y Tecnología, Alejandro estudió economía en París. De allá regresó con el doctorado y con habilidades matemáticas que, recuerda Boltvinik, no me imaginaba tuviera. Nunca abandonó su interés por la tecnología. Sabía mucho de tecnologías para la guerra, de medio ambiente y de diversidad ecológica.
Su área más notable como economista teórico fueron las teorías del equilibrio general, a las que criticó severamente, demostrando que eran matemáticamente inconsistentes y que, por tanto, el neoliberalismo carecía de base científica, dijo Boltvinik. En 2019, a invitación del propio Boltvinik, escribió y publicó en El Trimestre Económico #343, el artículo Crítica de la teoría económica neoclásica, en el que concluye:
La realidad es que la política macroeconómica que se ha aplicado bajo el neoliberalismo ha sido justificada en términos de desarrollos teóricos que no han sido objeto de un debate más cuidadoso y, por lo tanto, tampoco fueron cuestionados con la fuerza que merecen. El debate teórico es hoy más urgente que nunca. Pensar en opciones alternativas al neoliberalismo pasa por contar con enfoques teóricos rigurosos que permitan dejar atrás los malos resultados de la teoría neoclásica.