Ciudad de México. Dos semana después de proyectar una baja en el pronóstico de crecimiento para México por efecto del Covid-19, Goldman Sachs recortó de nueva cuenta –ahora a un negativo de 1.6 por ciento- la previsión para este año, “debido el deterioro de la actividad interna y externa, y de los indicadores de crédito, creación de empleo y sentimiento de los inversionistas”, argumentó.
Así, en un contexto de desaceleración mundial por efectos de la pandemia, prácticamente todos los grandes bancos de inversión prevén un segundo año de contracción en la economía mexicana con “desafíos aún mayores” que los materializados en 2019. Si bien no hay un acuerdo en la magnitud de la caída, el consenso es que no habrá crecimiento.
El martes, Credit Suisse advirtió a sus clientes que la economía mexicana se contraerá 4 por ciento, luego de un incremento en la presión del sector servicios, un desplome en el precio de la mezcla mexicana que se cotiza en menos de la mitad que estimó el gobierno mexicano cuando diseñó su política de ingresos.
Previamente, Bank of America fue el primero en anticipar una contracción de 0.1 por ciento en el producto interno bruto (PIB) mexicano y Barclays consideró que el resultado negativo alcanzará el 2 por ciento. Así, aún no terminado el primer trimestre del año, el consenso es que no habrá crecimiento.
En el reporte, Goldman reiteró que la economía ya mostraba debilidad desde la mitad de 2018. Pero en el contexto actual, se prevé que Banco de México acelere los recortes en la tasa de interés, actualmente en 7 por ciento, y que termine el año en 5 por ciento en un alto de riesgo de inflación.