Atenas. El campo de refugiados de Moira, el más sobrepoblado de la isla griega de Lesbos, fue desalojado ayer luego de que un incendio accidental se saldó con la muerte de una niña de seis años, en momentos en que un petrolero con unos 190 migrantes a bordo quedó varado en medio de mal tiempo en el puerto de la isla Kea, en las Cícladas, cerca de la capital griega.
El incendio ocurrió en plena crisis por la pandemia del coronavirus, situación que supone un grave peligro para los refugiados y que ha llevado a organizaciones como Médicos Sin Fronteras a pedir la evacuación urgente
de los campos en las islas griegas.
El cuerpo de bomberos de Lesbos informó que el fuego en el campamento se propagó debido al fuerte viento que azota la zona. Se encontraron un contenedor y tiendas de campaña calcinados por las llamas, de acuerdo con la agencia de noticias Anampa.
Los bomberos creen que el incendio fue accidental y tardaron cerca de una hora en controlarlo. El refugio fue construido para unas 5 mil personas, pero albergaba a más de 20 mil.
En tanto, en medio de vientos de temporal y fuerte oleaje en Kea, los 190 migrantes lograron desembarcar por sus propios medios y el gobierno del municipio los alojó temporalmente en un hotel local, indicó la guardia costera.
En un primer momento no había más detalles sobre la embarcación. No estaba claro de dónde había zarpado ni cuál era su destino inicial.
Miles de migrantes tratan de llegar a las islas orientales griegas del Egeo, casi siempre en botes de goma. Kea está lejos de la costa turca. Es raro, aunque no inaudito, que los contrabandistas utilicen barcos mercantes o petroleros para llevar migrantes hasta Grecia.
Mientras, la guardia costera libia interceptó a unos 400 migrantes que intentaban llegar a Europa y los devolvió a la capital, Trípoli, señaló la Organización Internacional para las Migraciones.
Unos 300 migrantes fueron interceptados el sábado y otros cien el domingo.