San Cristóbal de Las Casas. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) informó que decretó la “alerta roja” en sus pueblos, comunidades y barrios, al tiempo que recomendó a las Juntas de Buen Gobierno y municipios autónomos, “el cierre total de los Caracoles y centros de resistencia y rebeldía, de forma inmediata”, debido a “la amenaza real, comprobada científicamente, para la vida humana que representa el contagio del Covid-19” (Coronavirus).
En un comunicado firmado por el subcomandante Moisés, explicó que tomó estas medidas por “la frívola irresponsabilidad y la falta de seriedad de los malos gobiernos y de la clase política en su totalidad, que hacen uso de un problema humanitario para atacarse mutuamente, en lugar de tomar las medidas necesarias para enfrentar ese peligro que amenaza la vida sin distinción de nacionalidad, sexo, raza, lengua, creencia religiosa, militancia política, condición social e historia”.
Asimismo, por “la falta de información veraz y oportuna sobre el alcance y gravedad del contagio, así como la ausencia de un plan real para afrontar la amenaza, y por el compromiso zapatista en nuestra lucha por la vida”.
El EZLN también recomendó a sus bases de apoyo y a toda la estructura organizativa, “seguir una serie de recomendaciones y medidas de higiene extraordinarias que les serán trasmitidas en las comunidades, pueblos y barrios zapatistas”.
Ante “la ausencia de los malos gobiernos”, exhortó “a todas, a todos y a todoas, en México y el mundo, a que tomen las medidas sanitarias necesarias que, con bases científicas, les permitan salir adelante y con vida de esta pandemia”.
Hizo un llamado “a no dejar caer la lucha contra la violencia feminicida, a continuar la lucha en defensa del territorio y la madre tierra, a mantener la lucha por l@s desaparecid@s, asesinad@s y encarcelad@s, y a levantar bien alto la bandera de la lucha por la humanidad”.
De igual forma hizo un llamado “a no perder el contacto humano, sino a cambiar temporalmente las formas para sabernos compañeras, compañeros, compañeroas, hermanas, hermanos, hermanoas”, ya que “la palabra y el oído, con el corazón, tienen muchos caminos, muchos modos, muchos calendarios y muchas geografías para encontrarse, y esta lucha por la vida puede ser uno de ellos”.