Madrid. El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, decretó ayer el estado de alarma
en todo el país, con limitación a la circulación ciudadana, a la que se recomendó permanecer en sus casas al menos los próximos 15 días y ordenó el cierre todos los comercios que no vendan artículos de primera necesidad, como alimentos y medicinas.
Además, asumirá el control de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, incluido el ejército. En un discurso que se retrasó más de siete horas, el mandatario admitió que el impacto de la crisis sanitaria será grave
y los costos económicos de envergadura
.
Horas más tarde se informó que su esposa, Begoña Gómez dio positivo en su prueba de contagio. Las autoridades de salud dijeron el sábado que el número de infectados llegó a 5 mil 753, la mitad de ellos en Madrid, desde que se detectó el primer caso en el país a finales de enero. En las últimas 24 horas la cifra aumentó en más de mil 500.
Sánchez explicó que a partir de ahora el conjunto del país, es decir, las 17 comunidades autónomas y todos los municipios que lo integran, estarán bajo un mando único, el del gobierno español, que tendrá facultades para dirigir la crisis. Las autoridades delegadas serán el mandatario, pero también la ministra de Defensa, Margarita Robles, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el ministro de Transporte, José Luis Ábalos, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, quien tendrá además la mayor responsabilidad. Los datos de la pandemia confirman el estado de emergencia: más de 6 mil 400 infectados y 195 muertos.
El decreto obliga a los más de 46 millones de españoles a permanecer en casa, salvo para ir a trabajar, cuidar a alguien, comprar artículos de primera necesidad e ir al banco. La circulación debe realizarse individualmente, salvo personas que tengan que ir acompañadas.
Vivimos una emergencia de salud pública que requiere medidas extraordinarias
y como no se trata de una situación estática, los escenarios de respuesta se han ido adaptando
, explicó Sánchez ante las críticas cada vez más insistentes a la tardanza en la adopción de medidas urgentes y al mal diagnóstico de la crisis en las últimas semanas, sobre todo porque hace sólo seis días Madrid funcionaba de forma habitual, con partidos de futbol en grandes estadios, actos políticos multitudinarios y la manifestación por el Día de la Mujer que congregó a más de 100 mil personas.
El estado de alarma
se mantendrá al menos 15 días y se podrá prorrogar hasta 15 días más con la autorización parlamentaria.
Sánchez agregó que se suspenden actividades de restaurantes y la hostelería. Los desfiles, fiestas populares y verbenas se condicionan a una serie de exigencias mínimas de seguridad sanitaria, igual que las ceremonias de culto y funerales.