Ciudad de México. Cuando empezó a sonar Welcome to the Jungle un sinnúmero de celulares salió de los bolsillos de un público que se concentró frente al escenario principal del Vive Latino para cerrar su primer día.
Habían pasado apenas dos canciones desde el inicio de su presentación, cuando Guns n' Roses interpretó en el Vive uno de sus temas más célebres. Lo que el público celebraba agitando la cabeza, saltando y moviendo las manos con los estruendosos riffs que salían de las guitarras distorsionadas de Guns n' Roses.
Aunque el paso del tiempo es evidente, los elementos siguen siendo los mismos; Axl Rose y su voz aguda y estridente, Slash y su sombrero de copa, tatuajes, calaveras, rosas y guitarras en una atmósfera que para muchos evocaba una época en que el rock se prefería pesado y ruidoso.
Como casi todas las presentaciones del festival, en la de Guns n' Roses las canciones se sucedían una tras otra. Aunque en el caso de los norteamericanos el tiempo fue mayor. Dos horas en que miles de asistentes permanecieron frente al escenario, ya fuera sentados en las gradas o el piso, o bien en primera fila, saltando con cada canción, para terminar una larga jornada musical.