Madrid. El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, decretó el “estado de alarma” en todo el país, lo que supondrá la limitación de la circulación ciudadana, que tendrá que vivir recluida la inmensa mayoría en sus casas al menos los próximos 15 días, así como el cierre todos los comercios y tiendas con excepción de los de primera necesidad -alimentación, farmacias o supermercados-y además asumirá el control de los Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, incluido el Ejército. En una comparecencia que se retrasó más de siete horas, el mandatario ibérico reconoció que el impacto de la crisis sanitaria serán “graves” y los “costos económicos de envergadura”.
En una comparecencia histórica, Sánchez explicó que dada la complejidad del decreto del “estado de alerta” habían detallado cada uno de los puntos, sobre todo porque a partir de ahora el conjunto del país, es decir las 17 comunidades autónomas y todos los municipios que lo integran, estarán bajo un mando único, el del gobierno español, que tendrá facultades para dirigir la crisis. Las autoridades delegadas serán el propio mandatario Sánchez, pero también la ministra de Defensa, Margarita Robles, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el ministro de Transporte, José Luis Ábalos, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, quien tendrá además la mayor responsabilidad. Los datos de la pandemia confirman el estado de emergencia: más de seis mil 400 infectados y 195 muertos.
Una de las decisiones más importantes del decreto, además de obligar a los más de 46 millones de ciudadanos que residen en el país a vivir confinados en sus casas, es que el gobierno podrá disponer de todos los recursos sanitarios, públicos y privados, civiles y militares, para hacer frente a la crisis.
El presidente explicó que vivimos una “emergencia de salud pública que requiere medidas extraordinarias” y que como no se trata de una “situación estática, los escenarios de respuesta se han ido adaptando”. Fue una forma de justificar las críticas cada vez más insistentes a la tardanza en la adopción de medidas urgentes y al mal diagnóstico de la crisis en las últimas semanas, sobre todo porque hace sólo seis días Madrid funcionó de forma habitual, con partidos de futbol en grandes estadios, actos políticos multitudinarios y una gran manifestación por el Día de la Mujer que congregó a más de cien mil personas.
El “estado de alarma”, que tendrá que ser avalado por el Congreso de los Diputados pero que entra en vigor a partir de la publicación en el Boletín Oficial del Estado esta misma noche, se mantendrá al menos 15 días y se podrá prorrogar hasta 15 días más con la autorización parlamentaria.
Sánchez explicó que durante la vigencia del Estado de alarma, las personas sólo podrán circular por la vía publica para la adquisición de alimentos, productos farmacéuticos y primera necesidad, asistencia a centros sanitarios, al trabajo, retorno a lugar de residencia, asistencia a menores, mayores, dependientes, o entidades financieras o de seguros. Esta circulación ha de realizarse individualmente salvo personas que tengan que ir acompañadas. Los vehículos también se someterán a estas restricciones.
También se suspenden actividades de hostelería y restauración de cara al público. Los desfiles, fiestas populares, verbenas y se condicionan a una serie de exigencias mínimas de seguridad sanitaria las ceremonias de culto y funerales. El decreto permite mantener el servicio ferroviario de corta distancia y se reduce a la mitad los servicios de media distancia. Y el gobierno se comprometió a garantizar el suministro alimentario, así como el de energía eléctrica y gas natural.
Sánchez también anunció una reunión por videoconferencia con los 17 presidentes autonómicos para coordinar los esfuerzas y explicar de viva voz las medidas, sobre todo de cara a las reticencias ya expresadas por los presidentes autonómicos del País Vasco y de Cataluña, ambos nacionalistas, Íñigo Úrkullu y Quim Torra, respectivamente, que se mostraron recelosos de que el gobierno central restrinja sus competencias. Incluso definieron el decreto de “estado de alarma” como un “155 encubierto”, en alusión al artículo de la Constitución que aplicó el anterior gobierno español, del conservador Mariano Rajoy, para suspender la autonomía de Cataluña en el año 2017, después de la declaración unilateral de independencia.
Al respecto, advirtió que “deberán dejar a un lado sus diferencias y centrarse en una sola misión: entre todos vencer al virus. No hay ideología ni diferencias políticas. Aprendamos de los 40 años de la Constitución. Debemos ser el gran país que somos. A la altura del Estado autonómico que somos para dar una respuesta común basando en la unión. Nuestra enemigo es la pandemia y el virus y todos debemos combatirlo unidos”.
Sánchez también apeló a la responsabilidad para no propagar bulos o información manipulada de la crisis sanitaria, pues “son tiempos de extraordinaria dificultad” y “todos debemos ser responsables”. En este punto se refirió de forma específica a los costos económicos, que según sus palabras “serán de envergadura”. Para lo que anunció un nuevo Consejo de Ministros para el próximo martes para aprobar el paquete económico de ayudas que se centrará en el apoyo a los trabajadores, apoyos de ajustes para evitar los despidos temporales de las empresas, el apoyo al tejido productivo para garantizar la liquidez y apoyo a la investigación para el desarrollo científico de la vacuna que acabe con la pandemia.
Homenaje al personal sanitario
En Madrid, como reconocimiento al sacrificio y profesionalidad del personal sanitario que está atendiendo a los enfermos en los hospitales, la ciudadanía les dio un homenaje organizado a través de las redes sociales que consistió en salir a las ventanas o balcones de los edificios para aplaudirles durante cinco minutos. A las diez en punto la ciudad se convirtió en un estruendoso aplauso, que se mezclaba con gritos de “ánimo”, “vamos” y vítores a los trabajadores de la salud pública.