Madrid. Los contagios siguen propagándose, sin tregua y a una velocidad de vértigo -sólo en 24 horas ya hay mil personas más con la enfermedad, en total cuatro mil, de los cuales 90 han muerto-, con lo que empiezan a aflorar más medidas de excepción. En la Comunidad de Madrid se decretó el cierre hasta nuevo aviso de los bares, las discotecas y los restaurantes de toda la región, sin excepción, mientras que en Cataluña y el País Vasco se declaró el “estado de alerta” que permite el confinamiento de amplías franjas de la población. En la localidad barcelonesa de Igualada ya se adoptó, con 76 mil personas que no podrán salir de un perímetro específico.
La emergencia sanitaria por la pandemia provocada por el Covid-19 avanza a un ritmo vertiginoso en España, donde en las zonas más afectadas, como Madrid, el País Vasco, Cataluña y Extremadura, ya no salen a las calles salvo para lo imprescindible. Es decir, para comprar enseres para aguantar los días de semicautiverio o para ir a la farmacia o a trabajar -los que todavía tienen que acudir a la oficina o a citas fuera de casa-. Todo ha cambiado en los hábitos de vida en menos de una semana, desde el hecho inédito que más de diez millones de estudiantes de todos los niveles dejaron de asistir a clases por el cierre general de los colegios, públicos y privados, que entró en vigor en todo el país este viernes.
En la Comunidad de Madrid, donde está el principal foco de contagio, la situación es cada vez más grave, sobre todo en los hospitales, donde ya empiezan las campañas a donantes para conseguir más sangre, pero también ante la falta de recursos médicos básicos que van desde aparatos respiratorios, mascarillas o guantes. De hecho, para paliar la más que probable falta de camas para los enfermos, el gobierno regional ya trazó un plan con la sanidad privada e, incluso, con varias cadenas de hoteles para convertirlos en caso de que sea necesario en hospitales emergentes. Porque, según todos los expertos y los propios mandatarios madrileños, “todavía falta lo peor por llegar” y “las próximas tres semanas serán muy duras, muy difíciles”.
Desde varios partidos de oposición, como Ciudadanos y Vox, se instó al gobierno español, del socialista Pedro Sánchez, a que no se demore más tiempo en declarar el “estado de alerta”, que permitiría a las autoridades limitar por ley el libre movimiento de las personas y así intentar acotar más la propagación del virus. Uno de los principales problemas del contagio masivo que está registrándose en España es precisamente ese, que mucha gente una vez declarada la propagación de la pandemia en lugar de guardar la cuarentena en sus casas, saliendo lo mínimo indispensable, se han ido de viaje a la playa o han vuelto a sus pueblos o ciudades de origen, en el caso de muchos estudiantes que cursan sus carreras en grandes ciudades, como Madrid o Barcelona. Y eso ha hecho que se propagase aún más el virus.
El gobierno español todavía no ha adoptado la medida, pero parece ya un hecho que a lo largo de los próximos días se tendrán que aislar a poblaciones enteras, empezando por la Comunidad de Madrid, donde viven seis millones 700 mil personas, lo que sería un hecho inédito. El plan para ejecutar este confinamiento ya está sobre la mesa y sólo es cuestión de que el gobierno central lo autorice y lo ordene.
Las autoridades vascas, presididas por el nacionalista Íñigo Úrkullu, decidió decretar el “estado de alerta” ante lo que ya considera una situación de extrema gravedad, con lo que también podría declarar en las próximas horas o días el confinamiento de poblaciones enteras.
