Washington. Delta Air Lines reducirá en 40 por ciento su servicio a pasajeros para hacerle frente a un declive en la demanda de vuelos y sostendrá pláticas con la Casa Blanca y el Congreso sobre ayuda para superar una recesión causada por el nuevo coronavirus.
El recorte de 40% en la capacidad de servicio representa el más grande en la historia de Delta y rebasa las reducciones que entraron en vigor después de los ataques terroristas de septiembre de 2001.
Sin embargo, el panorama para las aerolíneas sigue empeorando.
“La velocidad del declive en la demanda no se parece a nada que hayamos visto, y hemos visto muchas cosas en nuestro negocio”, declaró el director general Ed Bastian en un memo dirigido el viernes a 90.000 empleados de Delta.
“Nos encontramos en pláticas con la Casa Blanca y el Congreso respecto al apoyo que puedan brindar para ayudarnos a salir delante de este periodo. Confío es que recibiremos su apoyo”, dijo, pero agregó que “no puedo poner en riesgo el futuro de nuestra compañía esperando la ayuda de nuestro gobierno”.
Incluso antes del anuncio de Delta, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, había señalado que Washington pretendía ofrecer ayuda a la industria de la aviación.
“Retomaremos muy pronto los asuntos relacionados con la industria de la aviación”, afirmó Mnuchin a CNBC el viernes. “Al igual que el 11 de septiembre (de 2001), estamos muy comprometidos a asegurarnos de que las aerolíneas estadounidenses tengan la capacidad y la liquidez para superar esto”.
Delta es la aerolínea de mayores ingresos a nivel mundial, y de manera constantemente ha sido la aerolínea más rentable de Estados Unidos en la última década.
Hace apenas una semana, los directivos de la aerolínea que salieron de una reunión con el presidente Donald Trump en la Casa Blanca indicaron que no habían solicitado la ayuda de Washington.
Pero desde entonces ha tomado fuerza la combinación entre una reducción en las reservaciones y un aumento en las cancelaciones de vuelo, y los problemas de las aerolíneas empeoraron por la decisión de Trump de esta semana de imponer una prohibición de vuelos de 30 días para la mayoría de los extranjeros de Europa a Estados Unidos, veto que inicia el viernes a la medianoche.