La Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA) ofreció la noche de este jueves, en el Palacio de Bellas Artes, el primero de sus dos conciertos en conmemoración del Día Internacional de la Mujer. El otro será el domingo 8 de marzo, día exacto de la efeméride, en el Conservatorio Nacional de Música.
Fue una velada con amplio predominio femenino. No sólo porque el programa estuvo conformado de forma exclusiva por obras de mujeres compositoras. También, porque casi una tercera parte del público que prácticamente llenó la Sala Manuel M. Ponce del máximo recinto cultural del país pertenecía a ese género.
Ante de comenzar la parte musical, el director artístico de la agrupación, Ludwig Carrasco, se dirigió a la audiencia para aclarar que este perfil femenino en el programa no era coyuntural, sino forma parte del proyecto de la OCBA para procurar la equidad de género en su programación musical.
“A partir de este año, empezamos a incluir más activamente la música de compositoras. Históricamente, la mujer ha sido relegada a segundo plano de la sociedad y de la música también; son contadas las compositoras que aparecen en los libros y, por lo general, se les conoce más por ser la esposa, la hija o la madre de, más que por sus propios méritos", explicó.
“Aún queda mucho por hacer. Por desgracia, no hay muchas obras editadas de mujeres y se complica encontrar los manuscritos. Para hacer justicia, desde la OCBA queremos mandar el mensaje de que las cosas deben cambiar. Queremos presionar y ayudar a reescribir esa historia con nuestra programación “.
Ya en el concierto, el programa estuvo integrado por dos estrenos: uno mundial y el otro en México, así como un par de piezas más.
El primero fue del Concierto Morisco para guitarras y cuerdas, de la mexicana Leticia Armijo, interpretado como solista por su connacional el guitarrista Juan Carlos Laguna. Obra inspirada en tres ciudades españolas y de delicada y emotiva sonoridad andaluz, que mezcla el sabor de la tradición y el ímpetu arriesgado de lo contemporáneo.
La ovación fue estridente y prolongada al término de su ejecución, tanto para la orquesta y el solista como para la autora, presente entre el público.
El estreno nacional fue de Canción elegíaca, de la estadunidense Vivian Fine, de quien el 20 de marzo se cumplen 20 años de su fallecimiento. Breve pieza dramática de cinco minutos escrita por la compositora en respuesta a la Guerra Civil Española y a la memoria de los niños muertos en el conflicto.
Otra pieza pequeña, de ocho minutos, prosiguió con el programa tras un intermedio: Divertimento, de la polaca Grazyna Bacewicz. Fue la partitura con más sonido contemporáneo del programa; intensa, por momentos fúrica.
La velada cerró con una obra de otra autora latinoamericana, Sinfonía de cámara, de la venezolana Teresa Carreño (1853-1917), una de las grandes pioneras en América Latina y el resto del mundo para que la música de las mujeres llegará también a las salas de concierto. La interpretada fue una pieza de profunda raigambre romántica.