Biden ganó 10 de los 14 estados en juego; Sanders triunfó en el más grande (California) y otros tres. El establishment demócrata cerró filas y frenó la amenaza del insurgente, por ahora.
Pero aún faltan decenas de contiendas estatales en un maratón que concluye hasta junio. Más aún, en las elecciones primarias, los delegados son asignados por proporción del voto obtenido, o sea, el ganador de un estado no obtiene todos los delegados de esa entidad, sino la mayoría de ellos. Como resultado, Biden y Sanders podrían quedar más o menos empatados en número de delegados después de que se cuenten todos los votos del supermartes.
Por otro lado, el multimillonario Mike Bloomberg suspendió su campaña ayer y anunció su respaldo a Biden (siguiendo el ejemplo de los otros precandidatos, como parte del esfuerzo de la cúpula demócrata para cerrar filas alrededor del candidato del establishment). Después de invertir casi 500 millones de dólares de su fortuna personal, Bloomberg sólo logró un triunfo en Samoa Americana.
Con el retiro de Bloomberg, y aunque permanecen dos más en la contienda, la senadora Elizabeth Warren y la diputada Tulsi Gabbard, esta carrera ahora queda reducida a dos: Biden y Sanders.
Sanders admitió, en una conferencia de prensa ayer, que estaba algo decepcionado
, y que los jóvenes no habían participado en los niveles que se deseaba el martes, pero que estaba seguro de que eso cambiaría. Declaró que de lo que cada vez más se trata esta campaña es ¿de qué lado estás?
, reiterando su mensaje de que o uno está con el establishment político y empresarial o del lado de la gente trabajadora
.
Biden festejó sus triunfos al declarar que estamos muy vivos
, y sin mencionar nombres, sostuvo que quien desea una revolución
, ahora tiene enfrente un movimiento
encabezado por él. Como es común con Biden, pocos entendieron lo que estaba buscando decir con eso, ya que el voto para él carece de gran entusiasmo, y es emitido, según encuestas, por quienes creen que es el candidato más seguro
.
Los resultados también confirmaron la fuerza de Biden entre el electorado afroestadunidense (que lo ha rescatado, en gran parte por su asociación con Barack Obama), los moderados
y los de mayor edad y, por su parte, la de Sanders entre liberales, jóvenes y latinos (ganó, por ejemplo, 84 por ciento de los jóvenes latinos en California); o lo que él llama un movimiento multigeneracional, multirracial
.
Pero para varios observadores, lo más notable del supermartes fue la respuesta del establishment a la insurgencia de Sanders. “Cualquiera que cuestione la idea de que existe un ‘establishment’ demócrata sólo necesita ver los sucesos de las últimas 48 horas; es una máquina brutalmente eficiente trabajando para preservarse ante un movimiento progresista de base. Si sólo luchara contra los republicanos de la misma manera”, comentó Peter Daou, ex asesor de ese establishment (fue estratega de Hillary Clinton hace cuatro años) y uno de los pocos que se han cambiado al lado de Sanders.
Y como para subrayar las críticas de Sanders contra el establishment apoyado por la cúpula económica, las bolsas de valores se recuperaron ayer con algunos índices subiendo 4 por ciento y la Bolsa de Nueva York avanzando mil 100 puntos, lo cual analistas atribuyeron en gran medida a la bienvenida de la noticia de los resultados que favorecen a Biden.
Otros resultados
En torno a otras contiendas dentro de cada partido realizadas el supermartes para legisladores, la joven progresista Jessica Cisneros asustó al veterano diputado demócrata conservador Henry Cuéllar, quien logró imponerse por un margen muy cerrado.
Del lado republicano, un Bush (nieto del ex presidente George HW Bush) fracasó en Texas. El ex procurador general de Trump Jeff Sessions, quien trata de recuperar su curul en el Senado en Alabama, enfrenta una segunda vuelta. Su ex jefe decidió atacarlo de nuevo por tuit, al no perdonarlo por haberse recusado y no frenar la investigación sobre la interferencia rusa a favor de su campaña presidencial.
Voto inútil
En tanto, en el país que se proclama ejemplo mundial de la democracia, aún no funciona la infraestructura electoral. El martes, tanto en Texas como California había lugares en que la espera en filas era hasta de tres horas o más por problemas con el funcionamiento de algunas máquinas en las casillas. Algunos provocaron sospecha, ya que estaban ubicadas en zonas más liberales, o con amplios sectores latinos y afroestadunidenses.
Expertos advierten que es un mal augurio para las elecciones generales, ya que en algunos casos los problemas son percibidos como parte de un intento de suprimir el voto de algunos segmentos del electorado, y de nuevo poniendo en duda si en este país se respeta el principio básico de una persona, un voto
.
La próxima ronda de primarias es el martes 10, en Michigan, el estado de Washington, Missouri, Idaho, Misisipi y Dakota del Norte.