Madrid. Más de dos años después de que se trasladó a vivir a Bélgica para no comparecer ante la justicia española, el ex presidente catalán Carles Puigdemont encabezó ayer un acto multitudinario a sólo unos kilómetros de Cataluña, en la ciudad de Perpiñán, en el sur de Francia, que el movimiento separatista considera parte de lo que denominan Cataluña norte. Puigdemont llamó a la lucha definitiva para alcanzar la independencia, sin hacer alusión a la mesa de diálogo que se llevó al cabo hace unos días en Madrid para buscar una solución con el gobierno español del socialista Pedro Sánchez.
Puigdemont salió de Girona, su ciudad natal, entre la noche del 28 y la mañana del 29 de octubre de 2017, en un vehículo que lo llevó clandestinamente a Lyon, Francia, donde abordó un avión que lo condujo a Bruselas, donde está asilado desde entonces. El 27 de octubre el movimiento independentista y él como presidente de la Generalitat declararon unilateralmente la secesión de Cataluña del territorio español, lo que sirvió de antesala para la aplicación del artículo 155 de la constitución por el gobierno presidido entonces por el derechista Mariano Rajoy, quien además de suspender la autonomía, disolvió las cortes y convocó a unas nuevas elecciones autonómicas.
Actualmente el ex presidente catalán es europarlamentario –también después de un proceso que todavía está abierto– y por tanto goza de inmunidad en territorio de la Unión Europea (UE), si bien ante el temor de ser detenido todavía no pisa suelo español.
Puigdemont logró reunir, según la policía francesa, a unas 100 mil personas que se trasladaron desde las principales ciudades catalanas para escuchar al que todavía una gran parte del movimiento secesionista considera su líder, incluido el actual mandatario catalán Quim Torra, quien fue designado por el propio Puigdemont para sucederle en el cargo. Los convocantes del acto cifraron la asistencia en 200 mil personas.
En su discurso afirmó que el objetivo de la república catalana es un anhelo mayoritario dentro de la sociedad y por eso no nos dejan votar. La república es la única garantía de que se pueda poner fin a un régimen monárquico, heredero del franquismo. Un régimen injusto que tiene alergia a la catalanidad.
En su turno tomó la palabra la ex consejera de su gobierno Clara Ponsatí, también refugiada y sin poder pisar suelo español por asuntos judiciales pendientes, quien se encargó de criticar al gobierno de Sánchez y calificó la mesa de diálogo con el gobierno catalán de engaño.
Durante el acto también se difundió un video enviado por otro líder del separatismo, Oriol Junqueras, quien desde la prisión defendió el diálogo con el gobierno español para encontrar una salida negociada. Sus palabras fueron recibidas con abucheos por los manifestantes.