Cuautitlán, Mex. En México la producción de alimentos crece de forma acelerada por la alta demanda de la población, sin embargo, ello hace que la industria de cadena de frío —que involucra el transporte y almacenamiento— no se dé abasto.

José Antonio Gutiérrez, gerente de calidad de Iresa-Basal-Ecofrío, explicó que el ritmo de crecimiento del sector aún no es suficiente para el nivel de producción del sector agroalimentario en el país, pues la cadena de frío cuenta con 2 millones de metros cúbicos de almacenamiento, mientras que la cantidad de alimentos producidos es cuatro veces más, aunque acotó que no todos ellos requieren temperaturas controladas.

Comentó que por ello el sector logístico, que implica mantener en frío alimentos y medicinas que necesitan preservar sus características y propiedades durante todo el tiempo, tiene una ventana de oportunidad de seguir creciendo.

Incluso, la industria prevé que en unos 30 años los costos de los productos sean mucho más bajos porque intermediarios como las tiendas de autoservicio, de conveniencia y hasta los servicios de entrega por aplicación practicantes desaparecerán, por lo que la entrega de los productos será de forma directa, es decir, del lugar de almacenamiento en frío hasta el consumidor, explicó Gutiérrez.

El proceso

La operación de la cadena en frío no es sencilla, pues durante un recorrido hecho por La Jornada por tres plantas del Grupo Olmo se pudo constatar que el proceso para manejar alimentos es riguroso.

Los almacenes de Iresa-Basal-Ecofrío tienen picos de operación, explicó Gutiérrez, pues en las mañanas arriban los productos, pero en las tardes y noches se puede percibir más movimiento debido a que se arman los pedidos, mismos que serían entregados unas horas después en las diferentes cadenas de supermercados y tiendas de conveniencia.

Los alimentos se almacenan en grandes estructuras metálicas en diferentes cámaras. Por ejemplo, frutas como berries se conservan en cámaras donde la temperatura oscila entre 0 y 4 grados centígrados, mientras que productos como pescados o carne de cerdo se conservan a temperaturas de hasta menos 21 grados, aunque hay otras cámaras donde la temperatura es más baja.

Gutiérrez explicó que algunos de los productos pueden llegar a estar ahí hasta seis meses, pero otros más solo pueden estar solo por una hora en lo que son distribuidos.

Mencionó que tienen diversas tipos de almacenaje, pues el producto llega directamente de su productor, para después ser distribuido a las tiendas. Otras ocasiones arriba como insumo para después ser transportado a una planta para ser procesado.

En otros casos, el producto llega a los almacenes de Iresa-Basal-Ecofrío para recibir un valor agregado, antes de movilizarse a tiendas para que el consumidor los adquiera.

El directivo subrayó que los procesos que se siguen en sus plantas son estrictos para mantener inocuidad en los alimentos que manejan, incluso descartó que ellos puedan ser contaminados por el virus del Covid-19, ya que su persona requiere de equipo de seguridad para entrar a laborar y pasan por un control de sanidad, para detectar si tienen algún síntoma de enfermedades, con la finalidad de no poner en riesgo a la población que consume los alimentos.