Tokio. Irritados padres japoneses se unieron el viernes a los perplejos profesores y empresarios en un intento por hallar nuevas formas de vivir y trabajar durante un mes, después de que el primer ministro, Shinzo Abe, instó a todos los colegios a cerrar para detener la propagación del coronavirus.
En otra drástica decisión, la isla norteña de Hokkaido, que ha sufrido el mayor número de casos en Japón, declaró el viernes el estado de emergencia, haciendo un llamado a sus cerca de 5 millones de habitantes a que no salgan de sus casa durante el fin de semana.
La medida sin precedentes adoptada por Abe el jueves significa que los estudiantes estarán fuera de las clases desde el lunes al menos hasta que comience el nuevo año académico a principios de abril.
La abrupta medida provocó duras críticas, entre dudas de las autoridades sanitarias y quejas de analistas, que indicaron que el plan tiene motivaciones políticas y carece de sentido. Las autoridades locales también cargaron contra la decisión y al menos una prefectura y varias ciudades rechazaron la petición.
"Voy a tener que quedarme cuidando a mis nietos todos los días", dijo la empresaria Mieko Hamada, de 56 años, a Reuters en camino a su casa en el centro de Tokio.
"Mi hija trabaja y no puede cuidarlos y su niñera también se negó. Es un caos", afirmó, agregando que aunque tiene un negocio propio que cuidar, no tiene otro remedio que pedir a sus trabajadores que la cubran.
Bajo una intensa ronda de preguntas en el Parlamento, Abe pareció dispuesto a mostrar su voluntad de aliviar el llamado de cierres masivos, asegurando que se trataba solamente del "pensamiento básico" del gobierno y que los colegios y las autoridades locales deberían "tomar sus decisiones de manera flexible".
Asimismo, se comprometió a adoptar las medidas necesarias para impedir que el brote aseste un duro revés a la frágil recuperación económica de Japón. Más temprano en la semana, el gobierno instó a la suspensión o reducción de reuniones masivas, encuentros deportivos y citas culturales, pero aseguró que los Juegos Olímpicos de Tokio se celebrarán.
Las infecciones en Japón superan ya las 200, con cinco muertes, incluida una el viernes de un septuagenario. Esta cifra excluye a los más de 700 casos y cinco decesos más en el crucero Diamond Princess, que permanece atracado en cuarentena en el puerto de Yokohama.