Ciudad de México. En nuevos documentos publicados por Los Legionarios de Cristo al tiempo que pidieron perdón por los abusos sexuales que han cometido sus integrantes, reconocieron una serie de “realidades negativas”, entre ellas que seminaristas menores y novicios que habían sido víctimas “muchas veces fueron enviados a sus casas sin la debida atención a sus necesidades y a las de su familia”.
De igual manera, aceptaron “haber destinado a algunos sacerdotes con historial de abusos a trabajos pastorales con menores o a casas de formación, reabriendo heridas en las víctimas y provocando escándalo.
“Muchos hermanos legionarios han quedado consternados al descubrir que alguno de sus profesores o confesores había cometido tales delitos y los mismos superiores de entonces hoy se sienten engañados por no haber sido informados”, destacó.
En el texto “Conversión y Reparación”, publicados hoy en el marco de la reunión del Capítulo General -su órgano de gobierno-, la Legión también reconoció “la tendencia, muy difundida en una etapa histórica de la Iglesia, de tratar los abusos casi exclusivamente como problema moral o religioso. Así no se afrontó el grave daño y sus efectos duraderos en las víctimas, la necesidad de un tratamiento psicológico y la aplicación de sanciones eficaces”.
Admitió que en su momento aceptó “acríticamente la manera de pensar y actuar del padre (Marcial) Maciel (fundador de los Legionarios) y no limitar su autoridad de acuerdo con el derecho”.
Igualmente, carencias en la escucha y acompañamiento de las víctimas de abusos, la falta de acogida empática y el no asumir plenamente la responsabilidad de investigar los hechos, de sancionar los delitos y de reparar la justicia. “El no haber creído en ocasiones a los que denunciaban”.
En el documento Proteger y Sanar, se comprometió a investigar cada denuncia de abuso colaborando con la justicia civil y eclesiástica; solicitar que las instancias canónicas competentes levanten la prescripción “cuando sea necesario” para poder juzgar el delito.
Asimismo “investigar canónicamente posibles negligencias graves o encubrimientos de abusos. Una condena en tal materia implicará la privación de oficios, del derecho de participar en un capítulo general o una asamblea territorial y de la posibilidad de ejercer ciertos ministerios sacerdotales.
Establecer estructuras y procedimientos para facilitar la reparación y los caminos terapéuticos de todos los afectados; dar a conocer nombres de los sacerdotes legionarios condenados por abuso de menores en sede judicial, “a menos que la ley civil lo prohíba”.
En diciembre pasado, la Legión reconoció que de 1941 a la fecha, 175 menores de edad fueron abusados sexualmente por 33 sacerdotes. Al menos 60 fueron víctimas de Maciel.