Nueva York. Bernie Sanders, el senador democrático socialista, triunfó en la elección interna en Nevada para la nominación a candidato presidencial del Partido Demócrata en gran medida por el apoyo abrumador de los votantes latinos y con ello continuó consolidando su posición como el favorito a escala nacional.
Entre los siete candidatos demócratas (el multimillonario Michael Bloomberg decidió no competir en Nevada) que participaron en lo que fue el tercer concurso estatal del ciclo electoral interno para nominar al abanderado de los demócratas para enfrentar a Donald Trump en la elección general, Sanders estaba ganando por un enorme margen, según proyecciones, cuando fue declarado el ganador por los principales medios.
El ex vicepresidente Joe Biden, quien era el candidato preferido de la cúpula de su partido desde hace un año, batallaba para ocupar el segundo lugar, de acuerdo con las últimas proyecciones antes del cierre de esta edición.
Con ello, Sanders ha ganado el voto popular en las primeras tres contiendas estatales celebradas hasta la fecha, y así el mayor número de delegados entre los ocho contendientes para la nominación demócrata.
Sanders, en un mitin electoral en San Antonio, festejó el triunfo en Nevada. Hemos creado una coalición multigeneracional y multirracial que no sólo ganará en Nevada, va a arrasar en este país
. Agrego, ya enfocándose en el presidente y no en sus rivales demócratas, que “Trump y sus amigos… creen que van a ganar esta elección dividiendo a nuestra gente. Nosotros vamos a ganar porque estamos haciendo justo lo opuesto, estamos uniendo nuestra gente”.
Lidera las encuestas
La cúpula del partido, y el circuito de comentaristas y analistas del establishment, como la élite económica, están desesperados ante la cada vez mayor probabilidad de que Sanders llegue a la Convención Demócrata en el verano con más delegados que todos los demás. A pesar de una notable falta de objetividad
en varios medios nacionales que no ocultan su prejuicio contra su campaña, millones invertidos por agrupaciones y donantes en campañas publicitarias en su contra, expresiones de alarma de centristas
, y una cada vez más abierta oposición de la cúpula del propio Partido Demócrata, las encuestas nacionales siguen registrando que Sanders es el favorito del electorado demócrata, y que lo califican como el más confiable y quien más refleja sus intereses entre todos los contendientes.
En días recientes los otros candidatos demócratas comenzaron a copiar a los republicanos tratando de alarmar al electorado con acusaciones de que Sanders es un socialista peligroso, y hasta un comunista
(según el multimillonario Bloomberg). Ayer Biden declaró: yo no soy un socialista, no soy un plutócrata. Soy un demócrata
. Otros acusaron a Sanders de promover una ideología
ajena a los estadunidenses.
Sólo hace 48 horas, el Washington Post reveló que oficiales de inteligencia de Estados Unidos informaron en secreto a Sanders que los rusos
están buscando cómo apoyar su campaña (como hicieron con la de Trump). Eso se usó de inmediato: ante su triunfo en Nevada hoy, el veterano estratega electoral de Bill Clinton y analista demócrata James Carville proclamó que el ganador en Nevada fue Putin
.
Sanders ha respondido, declarando “Le tengo noticias al establishment republicano y demócrata: No nos pueden detener”.
Nevada, que otorga 36 delegados para la convención demócrata (se requieren mil 990 para obtener la nominación), fue el primer concurso en el ciclo de elecciones internas y es un estado representativo en términos demográficos, con una población 29 por ciento latina y 10 por ciento afroestadunidense, donde el voto latino es un factor determinante.
En sondeos realizados a la entrada de los llamados caucuses (asambleas donde se determina el voto para cada candidato), Sanders estaba captando 51 por ciento del apoyo de los participantes latinos; en un lejano segundo lugar seguía Biden, con sólo 13 por ciento.
Por primera vez en la historia, los latinos serán el grupo minoritario más grande del electorado en 2020, con 32 millones de votantes elegibles, pero aproximadamente la mitad aún no están empadronados y no participan en las elecciones. Por ello, Nevada fue un primer experimento para el equipo de Sanders, que busca maneras efectivas para movilizar ese sector, algo que intentará repetir en otros estados, donde el voto latino podría ser clave.
José La Luz, un representante nacional de la campaña de Sanders, comentó a La Jornada desde Las Vegas: Ganamos en grande en Nevada en buena medida porque los trabajadores latinos, en una expresión de coraje e indignación, desafiaron a sus líderes (del poderoso sindicato de trabajadores culinarios y de limpieza de los casinos y hoteles, quienes criticaron a Sanders) para decir que ha llegado el momento de ponernos de pie y votar por nuestra dignidad y respeto, alentados por sus hijos, quienes insistieron en que el tío Bernie es parte de nuestras familias
.
Un gran reto para Sanders, tanto en las primarias como para la elección presidencial, es repetir lo que se logró en Nevada: movilizar de manera masiva y sin precedente al voto latino en otros estados decisivos como Texas –uno de los grandes premios de los 14 concursos estatales del Supermartes
– el próximo 3 de marzo y pieza potencialmente clave en el mapa electoral nacional.
Esta noche, Sanders se mostró optimista: vamos a ganar la primaria demócrata en Texas
, afirmó en San Antonio ante sus bases. Si lo logra, eso podría asegurar que el insurgente llegue a la convención nacional del partido como el candidato con más delegados y el mayor apoyo popular entre los aspirantes demócratas.