Las Vegas. Con un careo a distancia para evitar que los golpes lleguen antes de subir al ring, el estadunidense Deontay Bronze Bomber Wilder y el británico Tyson Gypsy King Fury cumplieron ayer con la ceremonia de pesaje previa al segundo duelo que sostendrán por el título mundial de peso pesado del Consejo Mundial de Boxeo en el MGM de Las Vegas.
Aunque el ambiente del pesaje fue menos intenso que un día antes en la conferencia de prensa, donde los peleadores llegaron a los empujones, el intercambio de palabras no faltó. Separados por una banda de seguridad de dos metros, ambos se gritaron insultos, mientras los aficionados se dejaban llevar por la euforia en espera del duelo de hoy por el título más asediado del pugilismo.
Mientras Wilder, quien ostenta el cetro de campeón mundial, marcó 231 libras (220 kilogramos), Fury sorprendió al detener la báscula en 273 libras (122.9 kilogramos).
Si bien la diferencia de 42 libras es impresionante, apenas es una menos de la brecha que hubo cuando se enfrentaron por primera vez en diciembre de 2018, aunque ambos aumentaron su peso. En esa ocasión Wilder alcanzó las 213 libras, mientras Fury llegó a 256.
Pese a que la Comisión Atlética del Estado de Nevada (NSAC, por sus siglas en inglés) prohibió el tradicional careo entre los peleadores para evitar altercados, Wilder y Fury no contuvieron su furia.
Mientras Wilder provocó al rival al cargar el título de campeón en el brazo izquierdo y pararse con soberbia, Fury respondió con insultos al tiempo que abrió los brazos con un ademán retador.
“No es un secreto que buscaré el nocaut“, afirmó un bravío Fury. Estar arriba de mi peso en la primera pelea no afectará en nada mi defensa ni mi movilidad. Voy a ganar en poder y contundencia, agregó el británico.
He noqueado a muchos por 12 años, así que nada es nuevo para mí. Estoy exactamente donde se supone que debo estar, respondió Wilder. Voy a salir de aquí este sábado de la misma manera como llegué,con mi campeonato mundial, aseveró.
Considerado como el mayor combate del peso máximo desde que Lennox Lewis venció a Mike Tyson en 2002, Wilder y Fury se enfrentan 14 meses después de un encarnizado combate que terminó empatado en Los Ángeles.
Los boletos para la velada en Las Vegas han cambiado de manos por hasta 11 mil dólares, mientras los promotores predicen que la función podría generar más de dos millones de dólares en ventas de pago por ver sólo en los Estados Unidos.
En el centro de la acción están dos de los protagonistas más carismáticos y hábiles del boxeo del peso pesado, el Bombardero de Bronce Wilder y Fury, el excéntrico y autodenominado Rey Gitano del norte de Inglaterra.
En un combate a 12 asaltos, ambos llegan con récords invictos, con Wilder, de 34 años, buscando el triunfo 43 (41 por la vía del nocaut) y un empate. En tanto, Fury tiene 29 victorias con 20 combates por la vía del cloroformo.
En la pelea de respaldo, el mexicano Emmanuel Vaquero Navarrete expondrá el título de peso gallo de la Organización Mundial de Boxeo ante el filipino Jeo Santisima. Ambos no tuvieron problema para dar el peso de las 122 libras y confirmar el duelo. Será la quinta defensa que realizará Navarrete en menos de 287 días, desde que consiguió el campeonato en diciembre del 2018, al vencer al ghanés Isaac Dogboe.