Ciudad de México. El libro Jardín de niños, con imágenes poéticas y gráficas de José Emilio Pacheco y Vicente Rojo, en el que evocan su niñez, fue presentado hoy en la 41 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería por el poeta Vicente Quirarte, el artista Alejandro Magallanes y la editora Ekaterina Álvarez
Vicente Quirarte expresó que Jardín de niños, publicado por El Colegio Nacional, “no es un poema optimista. Ninguna gran poesía lo es. Su misión es recordarnos la verdadera condición del mundo, desde que el ser es pura materia hasta que llega al fin de su aventura terrestre”.
El poeta y también ensayista comentó que José Emilio Pacheco “nos dotó de hermosas, brillantes herramientas para enfrentar con entereza, aplomo y entusiasmo la aventura que nos corresponde”. Precisó que Jardín de niños es la última sección del libro Desde entonces, que incluye poemas de 1975 a 1978, año este último en el que aparece la edición con ilustraciones de Rojo.
En el evento, Alejandro Magallanes recordó que en 1978 Pacheco y Rojo elaboraron el libro-objeto dedicado a la infancia y éste fue confeccionado por el extraordinario Serigrafista Enrique Cattaneo en los talleres Multiarte.
Jardín de niños, integra las imágenes, poéticas y gráficas, que a ambos artistas les evocaba su niñez. En el caso de José Emilio, aquellas vinculadas a la guerra, la precariedad, la posibilidad de ser, la tragedia de la existencia y la conciencia de lo finito. Vicente Rojo representó imágenes de los bombardeos, el descubrimiento del arte, los barcos, los cadáveres, el recuerdo del padre y la infancia perdida en el Mediterráneo.
En el auditorio Bernardo Quintanilla, la editora Ekaterina Álvarez comentó que Jardín de niños es un texto que compromete los sentidos y nuestro cuerpo. “El editor Alejandro Cruz Atienza y Vicente Rojo con este libro permiten una labor fundamental, la de crear públicos culturales, darnos la oportunidad de acceder a un libro que se lee también con el cuerpo, despojando al objeto del estatus de privilegio”.
El libro invita a adentrarse en imágenes y palabras grabadas en la memoria de ambos artistas, plasmadas en poemas del desaliento o en retratos de infantes sin vida, trasladados a un acetato, sobre gotas de color rojo y fragmentos de azul, que hacen alusión a los negativos sin imprimir que dejó una guerra de gestos detenidos.
Una colorida secuencia de trompos, y un avión de cartón para armar, conviven con la geometría que se adelgaza o se engrosa en una secuencia que se vincula con diversidad de formas, figuras y colores característicos del arte creado por Vicente Rojo.