Ciudad de México. La novela de “ficción filosófica” El hombre soberbio, escrita por Leonardo da Jandra, la cual reflexiona sobre cómo la soberbia es inherente al poder, será presentada el viernes 21 de febrero, a las 16 horas, en el marco de la 41 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
En charla con La Jornada, el autor explicó que lo que se propuso con ese trabajo literario fue cuestionar por qué una persona que llega al poder no desarrolla una ética sociocéntrica, sino por el contrario, mantiene una actitud egocéntrica”.
La historia gira en torno a quien es llamado El hijo del Sol, un héroe excepcional con distintos poderes sobrehumanos que desarrolla un “rechazo visceral hacia la población más sumisa, cobarde y débil y que acepta todo tipo de injusticias y arbitrariedades a cambio de garantizar su alimentación y seguridad”.
Es una especie de hermoso héroe superdotado, que en su adolescencia siempre está dispuesto a emplear sus capacidades en beneficio de los demás, provocando “un temor admirativo” por sus hazañas, pero que, con el tiempo, es la misma población la que lo humilla debido a su soberbia y al inmoral ejercicio del poder.
"En la actualidad la soberbia es indisociable del poder, lo vemos con aquellos jóvenes militantes que llegan a diputados o senadores que ya no tienen tiempo, ya no son dueños de su destino y se hacen soberbios, lo que refleja que en la medida que escalas en el poder, te vuelves más esclavo de tu propia determinación", explicó el autor.
"El verdadero poder es autocrítico, sin no hay autocrítica, no hay posibilidad de diálogo constructivo”, sostiene. “Si el poder no tiene una fundamentación ética, deriva a formas extremas de autoritarismo. La mayor parte de los hombres del poder, en la actualidad, son incultos. Creen que nada más con ejercer en el ámbito político, creen que ya cumplieron con su tarea histórica. Y por supuesto que eso no es así”.
El hombre soberbio forma parte de una trilogía sobre el poder, integrada por los titulos El hombre moral y El hombre piadoso.
El mal político, abundó, “ignora lo que había antes de él y ya no le importa lo que va a venir después del él. Se enfoca en el presente y el presente es efímero. Como pasa en México, si uno no ha estudiado afondo a los políticos que te precedieron, no se puede ver por dónde va a ir uno. Eso requiere de conocer la historia y leer, o por lo menos rodearte de gente que sepa pensar. Los buenos políticos son conscientes de sus deficiencias, los malos políticos creen que lo comprenden todo, y de ahí el fracaso”.
La soberbia del poder, concluyó Da Jandra, “se puede evitar con una buena educación humanista, diferenciar las cosas que tienen un precio, de los valores éticos. Y eso es algo que hoy no vemos muy claro”.