Ciudad de México. El peso mexicano se depreció 25 centavos este jueves por un avance generalizado del dólar, a medida que aumenta el número de casos de coronavirus fuera de China, y luego de la publicación de datos económicos en Estados Unidos.

En operaciones de mayoreo, las más representativas del mercado, la moneda cerró en 18.8190, frente a los 18.5680 de la sesión previa, de acuerdo con el Banco de México, con lo que registró su peor caída desde el 14 de agosto del año pasado.

Con ello, el peso borró las ganancias obtenidas durante febrero, pues tocó el nivel más bajo desde el cierre de enero.

En ventanillas bancarias, el precio del dólar a la venta del público se elevó a 19.12 pesos, una diferencia también de 25 centavos a favor de la divisa estadunidense del respecto del jueves, según datos del banco Citibanamex.

El fortalecimiento del dólar se debe a un incremento del nerviosismo con respecto al brote del coronavirus, luego de que se confirmaron dos muertes en Japón y un crecimiento en el número de infectados en Corea del Sur a 104 en la zona aledaña a la ciudad de Daegu, señaló Banco Base.

El dólar se posiciona como una divisa fuerte pues hasta ahora Estados Unidos parece ser la economía avanzada con menor probabilidad de verse afectada por la crisis de salud que ha afectado principalmente a China, explicó Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco Base.

La mayoría de las divisas perdían en esta jornada, ante el riesgo de que las medidas para contener el coronavirus tengan un impacto económico importante. En especial, preocupa la industria automotriz, la cual podría frenarse de forma severa a nivel global, si no se normaliza la actividad industrial de China, por la posibilidad de que lleguen a escasear insumos, agregó Siller.

Otro factor que contribuye con el fortalecimiento del dólar, dijo, es la publicación de las minutas de la más reciente reunión de política monetaria del banco central estadunidense, en las cuales señala que la postura monetaria actual es adecuada para brindar respaldo al crecimiento económico de Estados Unidos, reduciendo la posibilidad de nuevos recortes a la tasa de interés en el corto plazo.