San Salvador. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció este martes el despliegue de mil 400 soldados más para combatir a las pandillas que operan en el país centroamericano, es decir, casi una sexta parte adicional de los poco más de ocho mil 600 que ya realizaban esas tareas.
El aumento llega en momentos en que el presidente presiona al Congreso para obtener más recursos que le permitan desarrollar sus planes de seguridad.
Bukele, que asumió su mandato en junio, exige a los diputados de la Asamblea Legislativa que le aprueben la negociación de un préstamo de 109 millones de dólares para equipar a soldados y policías con chalecos antibalas, botas, uniformes, drones, helicópteros y un buque para labores en contra del narcotráfico.
Frente a centenares de soldados pintados de los rostros, el mandatario recriminó que los legisladores estén retrasando la aprobación de la negociación de los fondos, mientras que los partidos políticos han sido acusados de negociar con pandillas, según investigaciones de la Fiscalía.
"Son días difíciles en los que ustedes han decidido apoyar y proteger al pueblo salvadoreño, días en donde sabemos que la mayoría de políticos están protegiendo delincuentes, días en donde sabemos que diputados y exministros financiaban a los criminales que ustedes van a tener que perseguir y capturar", dijo Bukele.
El presidente salvadoreño está enfrentado con el Congreso desde el domingo 9 de febrero cuando irrumpió en el Palacio Legislativo, se sentó en la silla del diputado presidente y oró cubriéndose el rostro, mientras era custodiado por soldados y policías armados.
"(Los) diputados se escandalizan cuando ven un militar, pero no se escandalizaron cuando entraron pandilleros la Asamblea Legislativa a negociar la vida de los salvadoreños", expresó.
Cifras oficiales indican que El Salvador redujo 28.7 por ciento los homicidios en 2019 frente al año previo apoyado por el plan "Control Territorial", un proyecto que busca contrarrestar las operaciones de las pandillas en las cárceles y barrios.
El país centroamericano registró en 2019 una tasa de 36 homicidios por cada 100 mil habitantes.